VATICANO, 24 Jun. 20 (ACI Prensa).- A pesar de las medidas sanitarias ocasionadas por el COVID-19, el Papa Francisco aconsejó cómo vivir el período de vacaciones que está comenzando, ya que presidió este miércoles su última audiencia general antes de la habitual pausa de verano que se realiza en el Vaticano durante el mes de julio.
Tras su catequesis sobre la oración dedica en esta ocasión al rey David, el Santo Padre invitó a que esta temporada de vacaciones “sea un tiempo sereno de descanso, para disfrutar la belleza de la creación y fortalecer los vínculos con los hombres y con Dios”.
En su saludo a los polacos, el Papa Francisco dijo al comienzo de esta temporada de vacaciones que “a pesar de todas las medidas de seguridad relacionadas con la amenaza de la infección por el coronavirus (COVID-19), que espera que pueda ser un tiempo sereno de descanso, para disfrutar la belleza de la creación y fortalecer los lazos con los hombres y con Dios”.
En esta línea, el Pontífice animó a dedicar tiempo a la oración por lo que propuso el ejemplo del rey David para rezar “al Señor en el bien y en el mal” y para “alabarlo por cada gracia que recibimos de su corazón lleno de amor por nosotros” por lo que afirmó que la bendición de Dios “los acompañe siempre”.
A los fieles de lengua alemana, el Papa Francisco exhortó a “confiar por completo, también con nuestros pecados y nuestras debilidades, a Cristo, Buen Pastor, que con su corazón manso y humilde nos ofrece siempre el perdón y el consuelo en nuestras vidas para conducirnos a la alegría y a la gloria del Padre”.
“La oración es la clave del cielo y la escalera para subir a Dios”, añadió el Santo Padre a las personas de lengua árabe que siguieron la audiencia a través de los medios de comunicación social y agregó que “David nos enseña a transformar en oración nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestras preocupaciones y nuestras esperanzas, nuestros miedos y nuestras victorias, así nuestra vida es oración y nuestra oración es vida”, por lo que invocó al Señor para que “bendiga a todos y proteja siempre de todo mal”.
Además, a los fieles francófonos el Papa sugirió que “como el rey David, permanezcamos siempre en la presencia de Dios, y en un diálogo confiado hablémosle de nuestras alegrías y dolores, de nuestros defectos y de nuestros sufrimientos” porque “el Señor es nuestro compañero de viaje en todas las circunstancias de nuestra vida”.
En este sentido, el Santo Padre se dirigió también a las personas de lengua portuguesa para desearles que “eventuales nubes en su camino nunca impidan el irradiar y el exaltar la gloria y la esperanza depositados en ustedes” y los alentó a continuar “cantando y alabando siempre al Señor en sus corazones, agradeciendo todo a Dios Padre”.
Al reflexionar en español, el Papa Francisco destacó que en la vida del rey David hubo “un hilo conductor que une toda su vida, que es la oración. Puede ser una oración con tonos de júbilo o de lamento, pero siempre en diálogo con el Creador, que lo escucha”.
“David nunca estuvo solo, aunque físicamente lo estuviera, porque —en medio de las mil dificultades de su vida— fue capaz de entablar una relación de amistad con Dios, el verdadero compañero del viaje del hombre”, subrayó el Papa quien relacionó a David con san Juan Bautista, quien fue el “profeta precursor del Mesías” y cuya fiesta la Iglesia celebra cada año el 24 de junio.
Por ello, el Santo Padre dijo que el ejemplo de san Juan Bautista, “como también el del rey David —dos hombres totalmente diferentes que vivieron la profecía y que supieron indicar dónde estaba el verdadero Dios—, sean estímulo para nuestra vida, para que busquemos la amistad de Dios a través de la oración, y nuestro ejemplo pueda ayudar a llevar a Dios a los hombres y los hombres a Dios”.
Finalmente, el Papa Francisco mostró su cercanía al pueblo mexicano y aseguró sus oraciones por las víctimas del Terremoto que sacudió el estado de Oaxaca en la mañana del 23 de junio.
“Ayer un violento terremoto azotó el sur de México, causando algunas víctimas, heridos y enormes daños. Rezamos por todos ellos. Que la ayuda de Dios y de los hermanos les dé fuerza y apoyo. Hermanos y hermanas les estoy muy cercano”, advirtió el Santo Padre.
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