Miami, 25 Jun. 20 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Miami (Estados Unidos), Mons. Thomas Wenski, se unió a quienes exigen al Gobierno de Donald Trump que se detengan las deportaciones de haitianos en medio de la pandemia de COVID-19, debido al peligro de propagar aún más la enfermedad en el pobre país caribeño.
“Me preocupa que las deportaciones de individuos potencialmente positivos de COVID-19 empeoren el brote” y provoque “una crisis humanitaria de proporciones épicas”, escribió el Prelado en una carta firmada el 19 de junio.
La misiva fue dirigida al secretario de Estado, Mike Pompeo; al secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf; y al embajador estadounidense en Haití, Michele Sison.
“La capacidad del sistema de salud de Haití para responder a los casos de COVID-19 ya está en su límite, lo que hace que la posible afluencia de nuevos casos sea especialmente peligrosa. Les insto a detener las deportaciones de personas a Haití en este momento durante COVID-19 en interés de la salud pública y la estabilidad de ese país”, fue el pedido del Arzobispo, cuyo ministerio pastoral ha estado asociado a la comunidad haitiana por décadas, tanto en Florida como en Haití.
Mons. Wenski resaltó que el bienestar de Haití es de suma importancia. “Un aumento continuo de la infección podría destruir una economía ya debilitada y exacerbar la inestabilidad política", escribió, y agregó que estas condiciones “exacerbarían los factores de presión” que obligan a los haitianos “a desesperar por el trabajo, la seguridad y la supervivencia para abandonar Haití”.
Al 25 de junio de 2020, Haití tiene 5.429 casos confirmados de COVID-19 y 92 muertes reportadas, según el último boletín del Ministerio de Salud. Por su parte, Estados Unidos tiene 2.336.615 casos reportados y 121.117 muertes, según estadísticas del CDC actualizadas al 24 de junio.
El Arzobispo Wenski comentó que debido a la capacidad limitada de pruebas en Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional e Inmigración y Control de Aduanas (ICE) “no puede garantizar que todos los detenidos sean examinados”.
“Como resultado, ciertos centros de detención de ICE se han convertido en sitios de brotes de COVID-19. A medida que pasan las semanas y los meses, estamos viendo un aumento significativo en los casos de COVID-19 entre los detenidos de ICE y el personal del centro de detención”, aseguró el Prelado.
El medio arquidiocesano Florida Catholic, informó que varias organizaciones misioneras católicas y representantes de Catholic Relief Services también alertaron en los últimos meses la posibilidad de un brote incontrolable de COVID-19 en Haití.
“Los expertos en salud de Haití estimaron que el país, con 11 millones de personas, tiene solo 39 médicos para enfrentar el COVID-19, 124 camas en UCI y la capacidad de ventilar a 62 personas. Y Haití ya está sacudido por el recuerdo del terremoto de 2010, una epidemia mortal de cólera, el huracán Matthew en 2016 y la agitación política y electoral en los últimos años”, recordó Mons. Wesnki.
“Existe un precedente para suspender temporalmente los vuelos de deportación a Haití debido a dificultades extremas”, escribió el Arzobispo acerca de lo ocurrido después del terremoto de 2010.
“Existen medidas más estrictas para proteger los intereses de Estados Unidos, como monitorear y liberar a los detenidos para que se refugien en el lugar con sus familias, en lugar de deportarlos a un país que ya está abrochado bajo un sistema sobrecargado”, agregó el Arzobispo de Miami.
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