, 12 Abr. 21 (ACI Prensa).- El sábado 10 de abril en la Catedral de St. Mary en San Francisco (Estados Unidos), el Arzobispo Salvatore Cordileone presidió una oración por la paz en la que alentó a “vacunarse” contra el “virus” del racismo para acoger cada vez mejor a los inmigrantes que llegan desde México, América Central, China y otros países.
“Para decirlo brevemente, la vacunación contra el racismo puede resumirse en una palabra: virtud. Estas virtudes están claramente delineadas en la Palabra de Dios para el Domingo de la Misericordia” que este año se celebró el 11 de abril.
Estas virtudes, precisó el Prelado en su homilía, son “la generosidad, la acogida, la confianza, la humildad, el valor, la convicción, el perdón y, por supuesto, la misericordia misma”.
Mons. Cordileone convocó la oración por la paz luego de varios episodios de racismo contra estadounidenses de origen asiático, como los ataques contra tres ciudadanos en la semana del 15 al 19 de marzo en el centro de la ciudad.
San Francisco es una de las ciudades con mayor población asiática de Estados Unidos. Sin embargo, estos han experimentado más amenazas y acoso que cualquier otro grupo racial o étnico en el país durante la pandemia del coronavirus.
El presidente Joe Biden anunció el martes 30 de marzo una serie de medidas para proteger a este grupo étnico, a dos semanas de que los tiroteos en balnearios del área de Atlanta mataran a ocho personas, incluidas seis mujeres de ascendencia asiática.
En su homilía, el Arzobispo destacó que “San Francisco siempre ha sido un lugar importante para la inmigración”, ya que “nuestra ciudad siempre ha sido reconocida como un lugar que acoge al forastero y un lugar donde se armonizan las culturas”.
“La violencia racial asoma su fea cabeza, especialmente contra los asiáticos que han sido una parte vital de la vida y la cultura de la ciudad, dese sus comienzos hasta ahora. Es realmente algo que genera turbación”.
Mons. Cordileone recordó las palabras del Papa el 21 de marzo criticando el “virus” del racismo que muta y está al acecho, y dijo que este “virus” nunca “se muere, pero hay formas de vacunarse contra él”.
El Prelado estadounidense reflexionó también sobre el relato de los Hechos de los Apóstoles que afirma que los primeros cristianos tenían todo en común y “cada uno velaba por el bien del otro y no pensaba en lo que podían obtener”, lo que requería “mucha humildad”.
Con la noticia del Señor resucitado que envía a los apóstoles en “una misión de perdón, de misericordia”, el “temor y la duda se transforman en valor y convicción para difundir la misericordia de Dios a todo el mundo”.
“El miedo y la duda resultan en violencia, mientras que el valor y la convicción en nombre de la misericordia resultan en las cualidades necesarias para que una comunidad diversa viva en paz y unidad”, aseguró el Arzobispo de San Francisco.
Finalmente el Prelado pidió que “San Francisco enseñe con el ejemplo. Hagamos de nuestro (emblemático puente) Golden Gate un auténtico símbolo de una ciudad en donde ningún extraño espere afuera de casa y donde los itinerantes puedan decir ‘ya no deambularé más’”.
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