
En sus palabras posteriores al rezo del Ángelus este domingo 24 de octubre, el Santo Padre recordó que los nuevos beatos fueron “asesinados por odio a la fe en 1936, en España”.
“El ejemplo de estos testigos de Cristo, hasta el derramamiento de sangre, nos empuja a ser consecuentes y valientes”, dijo.
“Su intercesión sostiene a los que hoy luchan por sembrar el Evangelio en el mundo”, agregó.
Entre sus testimonios de perdón a de estos mártires a sus asesinos, el P. Vicente Renuncio antes de morir dijo: “Ofrezco mi vida por mis hermanos de España, por toda la congregación y por la desdicha de España”.
En la primera mitad del siglo XX, la Iglesia Católica en España fue víctima de una sangrienta persecución a manos de grupos comunistas y anarquistas.
Más de dos mil católicos asesinados por odio a la fe en este periodo han sido beatificados por la Iglesia Católica, y 11 han sido canonizados. Al menos otros dos mil se encuentran en camino a los altares.
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