, 14 Oct. 22 (ACI Prensa).- En el marco de la conmemoración de los 60 años del inicio del Concilio Vaticano II, el Arzobispo de Miami (Estados Unidos), Mons. Thomas Wenski, explicó cuál fue su verdadero propósito, frente a quienes lo malinterpretan o malentienden.
En una homilía pronunciada el 11 de octubre, Fiesta de San Juan XXIII y día en el que se cumplían los 60 años del inicio del Concilio Ecuménico Vaticano II, Mons. Wenski lamentó que “a lo largo de los años, algunos han malinterpretado el concilio, otros simplemente lo han malentendido”.
“Un malentendido común, y una mala interpretación, fue que el Concilio quería actualizar la Iglesia, para que la Iglesia se adaptara a los tiempos”, dijo el Prelado estadounidense.
Sin embargo, precisó, “la intención de Juan XXIII, y la ‘actualización’ que el Concilio pretendía lograr, no era someter a la Iglesia al espíritu de la época actual. Juan XXIII no buscaba cambiar la Iglesia, al menos en lo esencial”.
Lo que buscaba San Juan XXIII, explicó Mons. Wenski, era “cambiar el mundo por el poder del Evangelio de Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre”.
“El Concilio Vaticano II se trataba de que la Iglesia se redescubriera a sí misma como un movimiento esencialmente evangélico. El propósito de la Iglesia es, como siempre lo fue, anunciar a Jesucristo, quien nos salva de nuestros pecados y nos lleva a una nueva esperanza”, subrayó.
El Prelado señaló que “la crisis de nuestra edad moderna y post-moderna puede ser adecuadamente descrita como una crisis de esperanza”.
“Las patologías sociales de nuestro tiempo –el aborto, la drogadicción, la promiscuidad, el suicidio, el divorcio y la ruptura de la familia– son sintomáticas de una pérdida de esperanza”, aseguró.
“Una mujer que mataría el fruto de su vientre no tiene esperanza para el futuro, porque los niños son nuestra esperanza. Un hombre que se envenena a sí mismo a través del abuso de drogas no tiene futuro”, añadió.
“Incluso aquellos que nominalmente se identifican como cristianos o católicos revelan una pérdida de esperanza al abandonar la asistencia regular a la Iglesia y la recepción de los sacramentos: porque la oración es esencialmente una expresión de esperanza. Solo oran los que tienen esperanza”, dijo.
El Arzobispo de Miami dijo luego que los cristianos “sabemos que tenemos un futuro, un futuro revelado a nosotros por el Hijo de Dios que, al tomar nuestra carne, levanta su tienda en medio de nosotros solo para llevarnos a la comunión con el Padre”.
“Esta esperanza es fidedigna, como lo atestiguan las vidas de los santos, y así la esperanza nos permite afrontar nuestro presente”, destacó.
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