, 27 Ene. 23 (ACI Prensa).- El Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España, Mons. Bernardito Cleopas Auza ha explicado cuál ha sido la posición de la Santa Sede ante la Agenda 2030, desde sus debates preliminares hasta su aplicación.
La reflexión sobre el papel de la Santa Sede respecto a la Agenda 2030 ha tenido lugar durante un acto celebrado en la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona, con motivo de la festividad de la Conversión de San Pablo, patrón del centro académico.
Mons. Auza ha detallado cómo la Santa Sede participó “muy intensamente” en los debates preliminares celebrados en los años 2013 y 2014 para la elaboración de la Agenda 2030.
Sin embargo, subrayó que “por propia elección” la Santa Sede no ha votado la adopción del documento que contiene los 16 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Principales objecionesAdemás, el Nuncio destacó que, entre las muchas advertencias planteadas por la Santa Sede se encuentra la consideración de que los objetivos declarados son demasiados y que pecan de “excesivo idealismo”, más aún cuando han de cumplirse en 15 años, ya que fueron aprobados en 2016.
Por otro lado, Mons. Auza destacó la crítica realizada por el mismo Papa Francisco sobre el “nominalismo declaracionista” en que incurre la Agenda 2030, lo que implica el riesgo de “aplacar conciencias con declaraciones solemnes”.
La Santa Sede también señala que la formulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible plantea en muchas ocasiones “una solución apriorística, una respuesta a todos los desafíos en todos los países”.
Esto implica que se impone la voluntad de los donantes sobre las necesidades reales de los países receptores de ayuda.
El Nuncio en España también recordó que la Santa Sede ha identificado como problemático el riesgo de que haya un documento común, pero que cada país haga su propia interpretación, así como la cuestión de la colonización ideológica.
“La Santa Sede ha dado a conocer puntual y claramente sus reservas sobre algunos aspectos de la Agenda 2030”, ha subrayado el Prelado, quien ha reflexionado: “Hay muchas personas que piensan que la Santa Sede está completamente de acuerdo con la Agenda 2030. No es así, por supuesto”.
Sin embargo, puntualizó, “hay que reconocer que los objetivos de la Agenda 2030 son muy compartidos. ¿Quién no va a compartir la cuestión de acabar con la pobreza o el hambre, dar educación a todos, consolidar la paz y la justicia, consolidar el diálogo, salvar el planeta, etc?”.
Conceptos controvertidosMons. Auza ha señalado que “aunque la Santa Sede está de acuerdo con la mayoría de los objetivos y metas enumerados en la agenda”, conforme a su “naturaleza y misión particular” ha formulado aclaraciones y presentado reservas sobre algunos conceptos.
Se trata principalmente de aquellos referidos al hombre, su naturaleza y dignidad, la sexualidad, el derecho a la vida, la familia y la importancia de los fundamentos del derecho internacional en la interpretación e implementación de la Agenda 2030.
Para ilustrarlo, el Prelado abordó algunas cuestiones relevantes como el concepto de género, la idea de empoderamiento y el llamado derecho a la salud sexual y reproductiva.
GéneroMons. Auza recordó que existe un “viejo debate” sobre el uso del término “género” que se remonta a la Conferencia sobre el Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994 y la Conferencia sobre la Mujer del año 1995 que tuvo lugar en Pekín.
El Prelado explicó que, en su nota de reserva, la Santa Sede “enfatiza que cualquier referencia a género, igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas, se entiende de acuerdo al uso común generalmente aceptado de la palabra género basado en el criterio biológico”.
EmpoderarEl Prelado también detalló que “al usar el término promoción en lugar de empoderamiento, la Santa Sede busca evitar una visión descoordinada de la autoridad como poder en lugar de como servicio”.
El Nuncio Apostólico en España, que fue el representante de la Santa Sede ante la ONU durante 7 años y medio, explicó que el término empoderamiento sólo se usa desde los años 90.
Derecho a la salud reproductiva y sexualMons. Auza reconoce que el término salud sexual y reproductiva “es de los más controvertidos porque implica el aborto”.
Este fue usado por primera vez en 1995 en la Cumbre de la Mujer en Pekin. Allí, recordó el Prelado “hubo una gran lucha de la Santa Sede” sobre todo con Estados Unidos, cuya jefa de delegación era Hillary Clinton.
El término fue introducido en el documento final, pero con una interpretación que, “gracias al apoyo de muchos otros países, pudo quedar ahí” y que Mons. Auza ha recordado “no implica el aborto”.
Esta consideración está reflejada en el texto del acuerdo y “no es una interpretación”, puntualizó el Nuncio.
“No incluye el derecho al aborto y tanto menos el aborto como derecho fundamental”, ha dicho el Prelado antes de “subrayar que ningún documento de las Naciones Unidas jamás ha mencionado el aborto como derecho”.
Lo que sucede, argumentó, es que muchos países y agencias de la ONU como la Organización Mundial de la Salud y UNICEF sí lo toman de esta manera.
Así, algunas naciones “han dado del 67% al 70% de sus ayudas para la implementación de la Agenda 2030 solamente en este término: derecho a la salud sexual y reproductiva. Esto quiere decir la promoción del control de la población”, ha afirmado.
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