, 20 Ene. 23 (ACI Prensa).- Un ciudadano chileno residente en España denunció que la Compañía de Jesús (Jesuitas) encubrió los abusos sexuales que sufrió en Chile durante su infancia, a manos del P. Juan Miguel Leturia.
El P. Leturia, sacerdote jesuita, recibió una sanción por parte de la Iglesia Católica en 2006, con la prohibición de ejercer el ministerio y la restricción total de acercarse a niños y jóvenes. El sacerdote falleció en diciembre de 2011, a los 65 años.
De acuerdo al diario español El País, que recoge la denuncia del ciudadano chileno, a quien identifica con el seudónimo de “David”, la acusación apunta a que otros miembros de la Compañía de Jesús habrían tenido conocimiento de los abusos.
En la última semana, la víctima presentó el caso ante la comisión del Defensor del Pueblo en España, que investiga delitos cometidos por sacerdotes y religiosos.
Según El País, la denuncia fue presentada ante el Obispado de Tarragona (España), donde residía el fallecido abusador.
El diario español señala que el denunciante presentó cargos en 2021 ante los tribunales de Chile, donde la investigación por encubrimiento continúa.
La denuncia ya habría llegado a la Secretaría de Estado del Vaticano.
La víctima espera que el Papa Francisco ponga la mirada en el caso, “investigue y proceda criminalmente a todos quienes sean responsables: autores, cómplices y encubridores del delito de abuso sexual”.
Las acusaciones de presunto encubrimiento pesan sobre 21 personas. Entre ellos, los sacerdotes y ex provinciales de la Compañía de Jesús en Chile, P. Juan Ochagavía, P. Guillermo Baranda y P. Fernando Montes, ex rector de la Universidad Alberto Hurtado.
También son acusados Eugenio Valenzuela, que en 2019 fue expulsado del estado clerical en medio de acusaciones de abusos de conciencia y de poder, el P. Christian Brahm, el P. Christian del Campo y el P. Gabriel Roblero, actual provincial de la Compañía de Jesús en Chile.
Los jesuitas respondenConsultada por ACI Prensa, la Compañía de Jesús en Chile indicó que el caso “fue investigado tanto por la justicia canónica, como por la justicia ordinaria en Chile el año 2005”.
“Canónicamente, el jesuita Juan Miguel Leturia fue sancionado el año 2006 por la CDF (N. de la r.: Congregación para la Doctrina de la Fe, hoy Dicasterio para la Doctrina de la Fe) con la suspensión del ejercicio del ministerio y la restricción total del contacto con menores, entre otras medidas”, señalaron los jesuitas.
“La justicia ordinaria, por su parte, luego de investigar el caso, declaró el sobreseimiento definitivo de la causa por encontrarse prescrita", continuaron.
Tras precisar que “la Compañía de Jesús colaboró facilitando los antecedentes requeridos”, expresaron que “en ninguna de estas instancias se ha determinado que haya habido encubrimiento”.
La Compañía de Jesús indicó que en diciembre de 2020 “se acordó una reparación económica” con el denunciante, buscando “de alguna manera ayudar en su proceso de sanación personal”.
Los jesuitas precisaron que esa reparación “no le impide al denunciante ejercer las acciones penales que considere pertinentes".
También aseguraron que la reparación "fue acordada con la asesoría de abogados del denunciante y la Compañía, por medio de un documento notarial”.
“La Compañía de Jesús en Chile lamenta profundamente los abusos cometidos por Juan Miguel Leturia", manifestaron.
"Asumimos con profundo dolor el daño causado y por ello hemos realizado diversos procesos de reparación", sostuvieron, "tanto con la víctima mencionada en el reportaje, como con otras".
“Nos dijo que éramos sus elegidos”Según relató la víctima, los abusos comenzaron en 1988, a sus 13 años, mientras estudiaba en el Colegio San Mateo de la Compañía de Jesús, en la comuna de Osorno, al sur de Chile.
El P. Leturia se desempeñaba como director del centro educativo y comenzó a llevarlo a la rectoría junto con otro compañero. “Nos dijo que éramos sus elegidos”, relató a El País. En esas visitas, el sacerdote abusaba de ellos.
“Después de esos encuentros, me cruzaba por los pasillos con sacerdotes jesuitas de la comunidad, que posteriormente ocuparon los cargos de rector”, narró el denunciante, quien considera que ellos tenían que saber lo que estaba sucediendo.
En 1988, Leturia dejó de trabajar en el colegio, y en 1990 comenzó a escribirle cartas al joven, que entonces tenía 15 años, e incluso viajaba para visitarlo.
De acuerdo a la denuncia, en esas visitas el sacerdote siguió abusando de él y de otros estudiantes.
0 comentarios:
Publicar un comentario