VATICANO, 14 May. 22 (ACI Prensa).- El Papa Francisco alentó este 14 de mayo a respetar la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural.
Así lo dijo el Santo Padre al recibir en el Vaticano a un grupo de la “Aldea de Francisco” (“Village de Francois”) una iniciativa de empresarios en Francia que busca ofrecer un lugar para compartir la vida entre personas “frágiles”, como quienes han vivido en la calle, tienen capacidades diferentes, mujeres embarazadas en dificultad, jubilados, migrantes, quienes han sido víctimas de trata, entre otros.
En su discurso, el Papa Francisco destacó que quienes participan en esta iniciativa “experimentan concretamente asociando el medio ambiente y el respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, la oración y la fraternidad, y también reuniendo a diferentes generaciones”.
“Cuento con su testimonio para mostrar que la vida según el Evangelio se encuentra en la consideración equilibrada de todos estos aspectos”, exhortó el Papa.
Luego, el Santo Padre reconoció que “a menudo tendemos a movilizarnos con gran celo por causas muy legítimas, pero perdiendo de vista el panorama general” y añadió que “la experiencia concreta nos muestra, sin embargo, que es la persona humana en su conjunto la que debe ser amada, acompañada e incluida en una red de relaciones enriquecedoras y constructivas”.
Además, el Papa Francisco alentó a colocar siempre al centro de cualquier proyecto, además de una vida sencilla y trabajadora, el “cuidado y el desarrollo de la vida interior” porque “la relación con Jesucristo es lo único que puede llenar a nuestros corazones sedientos”.
En este sentido, el Santo Padre citó las palabras de Cristo en el Evangelio de San Juan en las que nos dice: “Yo soy la vida, la verdad y la vida” y recordó que Jesús mismo experimentó la fragilidad al estar “en brazos de su madre bajo la cruz; trabajó como artesano; vivió al ritmo de las estaciones y de la naturaleza; creció en un pueblo donde se mezclaban las generaciones; rezaba, perdonaba y amaba al prójimo”.
Por ello, el Papa confió Jesucristo como “modelo e inspiración en su proyecto y en su vida diaria” y bendijo a las personas presentes.
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