
Durante su discurso, el Papa recordó que el sector de la aviación es uno de los más afectados por la pandemia y aseguró a los presentes que gracias a su trabajo “miles de pasajeros pueden viajar a otras ciudades y países, por negocios, por turismo, por necesidades familiares, y así conocer diferentes culturas y tradiciones”.
“De este modo, se fomenta el conocimiento, la colaboración y los intercambios mutuos en los ámbitos cultural, económico y religioso. ¡Qué importante es su trabajo para el desarrollo de estas relaciones humanas y sociales a nivel internacional!”, exclamó el Papa Francisco.
Aseguró también que su trabajo está al servicio del encuentro y la fraternidad y lo comparó con los casos en los que la aviación “se utiliza como instrumento de ofensa, destrucción y muerte”.
“Por desgracia, lo estamos viendo también en esta terrible guerra de Ucrania, marcada a diario por los bombardeos aéreos. Ante este panorama desolador, la esperanza de que los cielos sean siempre y sólo cielos de paz, de que podamos volar en paz para forjar y consolidar relaciones de amistad, presiona más fuerte en nuestros corazones”, dijo el Papa Francisco.
A continuación, destacó que “la Virgen, a la que el pueblo cristiano venera con especial cariño en este mes de mayo, nos enseña a caminar por la vida con los pies en la tierra, compartiendo las alegrías y los sufrimientos de los que nos rodean; y, al mismo tiempo, a mantener siempre la mirada elevada al horizonte del cielo, con el corazón abierto a Dios y a su gracia que nos salva”.
“Os encomiendo a vosotros y a vuestras familias a la intercesión maternal de Nuestra Señora de Loreto y os bendigo de corazón. Por favor, no olvides rezar por mí”, concluyó el Papa Francisco.
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