WASHINGTON D.C., 18 Sep. 20 (ACI Prensa).- La tradición cuenta que San José de Cupertino, patrono de los estudiantes y cuya fiesta se celebra en la Iglesia este 18 de septiembre, voló por los aires. Pero, ¿es verdad? Esto reflexiona un sacerdote al respecto.
“Debido a su vuelo sobrenatural, José (de Cupertino) es el santo patrono de los pilotos, astronautas y todos los trabajadores de la aviación”, dijo el P. Dwight Longenecker, en el National Catholic Register.
“Sus éxtasis, visiones y experiencias místicas fueron legendarias. Él escuchaba música celestial, entraba en tal trance completo que podía ser arrastrado, hincado con agujas y quemado con velas y nada de eso tendría efecto”, señaló.
Sin embargo, añadió, una de las historias más famosas sobre el santo es que levitó estando en trance.
“Se desarrollaron leyendas elaboradas sobre él volando: voló sobre un árbol para hablar con aves, voló para ayudar a obreros a colocar una cruz memorial sobre el suelo, voló alrededor de la iglesia durante Misa”, señaló.
“Bien, quizás o quizás no. Tenemos que tomar las historias más exageradas del vuelo de San José con una pizca de sal. Frente a los fenómenos sobrenaturales, la Iglesia espera que nosotros tomemos una posición que no sea ni cándida ni cínica”, añadió.
El P. Longenecker subrayó que los católicos “debemos primero buscar toda explicación natural, pero por otro lado no debemos descartar la posibilidad de milagros y lo sobrenatural”.
“En el mundo de hoy, José de Cupertino podría ser considerado severamente discapacitado mental. Era un místico inadaptado. Más allá de sus experiencias místicas, su vida de ascetismo era tan extrema que algunos dirían que tenía un desorden alimenticio, que estaba enfermo emocional o mentalmente. Durante su vida fue acusado de brujería y acusado ante la Inquisición”, dijo.
“¿Voló San José de Cupertino sobre la iglesia o sobre los árboles? Mi inclinación es creer que las leyendas están basadas en eventos reales. ¡Preferiría ser culpable de creer mucho que muy poco!”, añadió.
A continuación, el sacerdote señaló que la levitación es uno de los aspectos conocidos de la experiencia mística, pues “hay informes de este fenómeno de exorcistas y en las religiones orientales. Entre los santos católicos de los que se ha señalado que han levitado están San Francisco, San Alfonso María de Ligorio, Santa Teresa de Ávila, San Martín de Porres, Serafín de Sarov y el Padre Pío”.
“Daremos por hecho entonces que San José de Cupertino levitaba cuando estaba en trance místico”, continuó, pero destacó que “más importantes son las lecciones que obtenemos de este fenómeno”.
La primera lección, dijo, es que “este mundo físico es más extraño e impredecible de lo que podemos imaginar. La realidad es de jebe. La naturaleza no es un sistema cerrado”.
Además, destacó, “aprendemos nuevamente a través de San José de Cupertino que Dios usa las cosas frágiles del mundo para confundir a los poderosos”.
“En términos mundanos, San José de Cupertino era un tonto, una falla y un fracaso. Él era un donnadie. Él pasó la mayor parte de su vida encerrado en una celda, trasladado de una casa religiosa a otra y sospechoso de ser un fraude e incluso un brujo. Llegó a la ordenación por un error y parecía inútil incluso como sacerdote”.
El P. Longenecker destacó que “Dios usó la simple dedicación y el amor de José. Si tenía una discapacidad mental o incluso una enfermedad mental, Dios usó eso también. ¿Voló? Seguramente”.
“Incluso si nunca hubiera levitado, voló. Fue elevado porque ese es el principio del Evangelio: Dios levanta a los humildes”.
“Y con ese pensamiento me inspiro porque Dios podría simplemente usarme a pesar de mis fallos, insuficiencias y pecado”, concluyó el sacerdote.
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