, 30 Sep. 20 (ACI Prensa).- Las críticas contra Amy Coney Barrett son parte de un “virus” de “intolerancia” anticatólica, afirmó el Arzobispo Emérito de Filadelfia, Mons. Charles Chaput. El Prelado advirtió que los ataques contra la jueza nominada a la Corte Suprema de Estados Unidos deben considerarse como una amenaza a la libertad religiosa.
En un artículo publicado el 28 de septiembre en la revista First Things, titulado “Cuando el dogma vive fuertemente”, el Prelado se refirió a las críticas contra la jueza Barrett, nominada por el presidente Donald Trump para ser parte de los nueve magistrados que componen la Corte Suprema de Estados Unidos.
“Los que valoran el derecho a la libertad religiosa en nuestra Primera Enmienda deben darse cuenta de que las pruebas a las creencias son ataques a nuestra libertad religiosa”, escribió el Prelado que renunció al cargo de Arzobispo de Filadelfia en enero de este año y que desde entonces había evitado pronunciarse públicamente.
La Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, vigente desde 1791, prohíbe la creación de leyes que establezcan oficialmente una religión, que impidan la práctica libre de la misma, que reduzca la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa y que interfiera con el derecho de reunión pacífica, entre otros.
Las críticas contra Barrett, una madre católica de siete hijos, se han centrado en su fe y en su vida familiar.
Varios medios se han centrado en su pertenencia al grupo carismático ecuménico People of Praise (Pueblo de Alabanza), fundado en South Bend, estado de Indiana, en 1971.
Esta línea crítica, dijo Mons. Chaput, es un “presagio de futuros ataques contra la misma Iglesia y contra cualquier católico que sostiene [con la Iglesia] un testimonio moral”.
Barrett estuvo al centro de la atención nacional durante sus audiencias en 2017 ante el Senado, cuando fue nominada por Trump para una de las cortes de apelaciones de Estados Unidos. En ese proceso la senadora demócrata Dianne Feinstein dijo que “el doga vive fuertemente” en Barrett y “eso es una preocupación”.
El Arzobispo indicó que la “preocupación” de Feinstein es una “vulgaridad del estilo del que no sabe nada” y precisó que la senadora “está difícilmente sola en su intolerancia”.
“El desdén por convicciones religiosas vigorosas, especialmente las católicas, es un virus que está dando vueltas”, dijo Mons. Chaput.
“Parece infectar a un número de senadores demócratas, incluyendo a la senadora Kamala Harris, colega de Feinstein en California y candidata a la vicepresidencia”, continuó. Los comentarios de Feinstein “nos ayudan a ver claramente cómo algunos de nuestra clase política ahora ven a los católicos que son más que católicos ‘de nombre’ en su fe”, agregó.
Cualquier católico bautizado es, técnicamente, católico sin importar sus acciones, precisó el Prelado y advirtió que esto “a los ojos del partido Demócrata” parece no ser un problema.
“Si te fotografían con las cuentas del rosario en oración es incluso mejor”, continuó y destacó que se admite la afiliación religiosa siempre y cuando no haya una adhesión doctrinal.
“Pero si eres el tipo de católico que busca disciplina en la vida considerando las creencias católicas sobre el matrimonio y la familia, la libertad religiosa, el sexo y el aborto. Bueno, ese es un tema distinto", continuó y lamentó que el católico republicano Dan Lipinski perdió su escaño en elecciones primarias a principios de este año, debido principalmente a su postura provida.
“Los católicos en este país han pasado más de medio siglo luchando por un lugar en el espacio público estadounidense. El costo ha sido alto”, subrayó Mons. Chaput.
Joe Biden, exvicepresidente de Estados Unidos y candidato demócrata a la presidencia, es católico pero ha asumido varias posturas que son contrarias a la enseñanza de la Iglesia pero que están en línea con su plataforma partidaria, como el aborto hasta antes de nacer y el matrimonio de personas del mismo sexo. Biden ha expresado su apoyo a convertir el fallo Roe vs. Wade en una ley federal.
El Arzobispo cuestionó a quienes “posicionan a católicos que disienten como ‘estadounidenses populares’ y a los católicos que sí creen como ‘extremistas’”, ya que esto es ahora “una técnica común y deshonesta en la guerra cultural” así como “una afrenta particular al libre ejercicio de la religión”.
Mons. Chaput indicó que la actual “hostilidad hacia los que apoyan la enseñanza católica” no debe ser solo una preocupación para los católicos en Estados Unidos sino también “para cualquiera que valore la Primera Enmienda”.
“Si los ataques a las creencias son un estándar para impugnar a nominados a jueces hoy, mañana serán usados en el resto de nosotros que defendemos las enseñanzas de nuestra fe”, destacó el Arzobispo.
“Esto pone en riesgo los derechos de muchos más estadounidenses que nunca serán nominados a corte alguna”.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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