, 27 Jul. 20 (ACI Prensa).- Las autoridades gubernamentales en Shanxi (China), están ordenando a las personas que reciben asistencia del Gobierno que reemplacen los símbolos religiosos en sus hogares, incluidas las fotos de Jesús, con fotografías de Mao Tse-Tung y del presidente Xi Jinping; bajo la amenaza de retirarles la asistencia.
La revista de libertad religiosa Bitter Winter informó la semana pasada que en abril se dijo a los funcionarios de la ciudad de Linfen, en provincia de Shanxi, que inspeccionen y eliminen los símbolos religiosos de los hogares de quienes recibían "pagos de asistencia social", y que los reemplazaran por líderes comunistas. Los que se quejaron tendrían sus pagos "anulados".
La política también se aplica a los miembros de las iglesias administradas por el Estado. Un miembro de Three-Self Church, que es la denominación protestante oficial del Partido Comunista chino, le dijo a Bitter Winter que las imágenes de Jesús y un calendario religioso fueron retirados de su casa y reemplazados por imágenes de Mao.
Como gran parte del mundo, la economía china se ha visto muy afectada por la actual pandemia de coronavirus, lo que significa que cada vez más personas dependen de los pagos del Gobierno para mantenerse económicamente a flote. Al mismo tiempo, el régimen ha renovado su represión contra los lugares de culto.
"Los hogares religiosos empobrecidos no pueden recibir dinero del Estado a cambio de nada; deben obedecer al Partido Comunista por el dinero que reciben", dijo el miembro de Three-Self a Bitter Winter.
El predicador de una iglesia en casa, que generalmente es ilegal pero tolerada en gran parte de China, dijo que su cruz y sus fotos de Jesús fueron retiradas en mayo y reemplazadas por una foto del presidente Mao.
"A todos los hogares pobres de la ciudad se les dijo que mostraran imágenes de Mao Tse-Tung", dijo el predicador a Bitter Winter. "El Gobierno está tratando de eliminar nuestra creencia y quiere llegar a ser Dios en lugar de Jesús".
Además de Shanxi, los cristianos en otras provincias han informado de un trato similar por parte de los funcionarios del Gobierno.
En Jiangxi, que ha visto múltiples denuncias de persecución cristiana en el último año, un cristiano informó que su pago por discapacidad fue revocado debido a su asistencia a la iglesia.
Su esposa informó a Bitter Winter que le dijeron que serían "tratados como elementos contrarios al Partido" si no dejaban de ir a la iglesia.
Una miembro de Three-Self Church, de unos 80 años y que vive en la provincia de Jiangxi, informó que perdió su ayuda del Gobierno después de decir "gracias a Dios" al recibir un pago de subsidio.
"Ellos esperaban que elogiara la bondad del Partido Comunista", relató.
En abril, otra anciana de la provincia de Henan informó que su subsidio mínimo vital fue cancelado cuando las autoridades descubrieron una cruz en la puerta de su casa. La mujer, que es diabética y necesita inyecciones frecuentes, perdió toda la ayuda del régimen debido a sus creencias religiosas.
En la provincia de Shandong, los funcionarios allanaron la casa de un cristiano y publicaron imágenes de Mao y Xi Jinping. El hombre le dijo a Bitter Winter que Mao y Xi Jinping eran los "dioses más grandes".
"Si quieres adorar a alguien, son ellos", dijo el funcionario al hombre en Shandong.
Desde 2015, el Gobierno comunista ha impulsado un programa de "sinicización" de la religión. Continúan surgiendo informes periódicos sobre la demolición de iglesias, hostigamiento y arrestos de sacerdotes y obispos, y la estricta censura impuesta a la enseñanza religiosa.
En algunas áreas, se forzó a las iglesias a eliminar los Diez Mandamientos y reemplazarlos con los dichos del presidente Xi Xinping.
En Xinjiang, se estima que entre 900 mil y 1.8 millones de uigures, mayoritariamente musulmanes, están confinados en más de 1.300 campos de detención chinos, aparentemente con fines de "reeducación". Los sobrevivientes han denunciado adoctrinamiento, palizas, trabajos forzados, abortos forzados y esterilizaciones, y torturas en los campos.
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.
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