PIURA, 25 Ago. 19 (ACI Prensa).- Mons. José Antonio Eguren, Arzobispo Metropolitano de Piura, al norte del Perú, alentó a pedirle a Dios por “la protección de nuestros bosques amazónicos”, frente a los múltiples incendios que afectan los bosques en Brasil y Bolivia.
El Prelado peruano señaló que “todos estamos muy conmovidos por los devastadores incendios que están sucediendo en la Amazonía. Hasta ahora se estima que han sido destruidas 500,000 hectáreas de bosque entre Brasil y Bolivia, y los incendios han empezado a extenderse peligrosamente y eventualmente podrían llegar al Perú”.
De acuerdo a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), en un informe publicado el 19 de agosto, el 2019 es “el año más activo de incendios en esa región desde 2010”.
“La actividad de incendios en la Amazonía varía considerablemente de año a año y de mes a mes, impulsada por cambios en las condiciones económicas y el clima. Agosto de 2019 destaca debido a que ha presentado un notable incremento en incendios grandes, intensos y persistentes”, señaló la agencia estadounidense.
Para la NASA, “aunque la seguía ha jugado un rol importante al exacerbar los incendios en el pasado, el momento y la ubicación de las detecciones de incendios a inicios de la temporada seca de 2019 son más consistentes con la limpieza de tierras que con la sequía regional”.
El Arzobispo Metropolitano de Piura señaló que “todos sabemos de la importancia de la Amazonía, que tiene 7,4 millones de kilómetros cuadrados, y es la mayor región de bosque tropical del planeta”.
Por esta razón, “conscientes de la importancia de la creación y de su cuidado, pues es nuestra casa común”, alentó a rezar la siguiente oración:
Dios Omnipotente,
Creador de Cielo y Tierra.
Concédenos, por la intercesión de la Madre de tu Hijo,
la protección de nuestros bosques amazónicos,
de su fauna y flora.
Pero sobre todo protege a los pueblos que ahí habitan
y aleja de ellos el fuego destructor.
Asimismo defiende a los hombres y mujeres
que combaten estos incendios.
Que María Santísima, Madre de Dios,
quien es nuestro auxilio y amparo,
extienda su manto sobre nosotros
y así se extinga el fuego que nos amenaza.
Virgen Santísima,
salva a tu pueblo que clama a ti,
y ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
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