Vaticano, 12 May. 23 (ACI Prensa).- El Papa Francisco pidió a los gobiernos políticas para acabar con el “invierno demográfico” y aumentar la tasa de natalidad en Europa, al considerar que "es el principal indicador para medir la esperanza de un pueblo”, en su discurso al participar en el acto ‘Los Estados Generales de la Natalidad’ en Italia, este viernes, 12 de mayo.
El Pontífice abrió su discurso con “dos fotografías” (dos anécdotas), detrás de los datos en Italia, donde se alcanzó la tasa de natalidad más baja de la historia con sólo 390 mil nuevos nacimientos, recordó también el Santo Padre:
“Hace quince días, mi secretario estaba en la plaza y vino una madre con un cochecito. Él, un sacerdote de corazón tierno, se acercó para bendecir al bebé... ¡Era un perrito!”, anotó el Papa ante la sorpresa del público.
Tras las palabras de apertura de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, reivindicando el derecho y la belleza de tener un hijo que el Estado debe defender, el Santo Padre reveló la segunda “fotografía” del problema de la falta de niños en el ‘bel paese’ y en el ‘viejo continente’:
“Hace quince días, en la audiencia de los miércoles, iba a saludar, y llegué delante de una señora, de unos cincuenta años más o menos; saludé a la señora y ella abrió una bolsa y me dijo: ‘Bendícelo, mi bebé’: ¡un perrito! Ahí no tuve paciencia y regañé a la señora: '¡Señora, tantos niños con hambre, y usted con el perrito! Hermanos y hermanas, éstas son escenas del presente, pero si las cosas siguen así, ésta será la costumbre del futuro, tengamos cuidado”, afirmó el Papa.
En su discurso, el Pontífice explicó que “el nacimiento de niños, de hecho, es el principal indicador para medir la esperanza de un pueblo. Si nacen pocos significa que hay poca esperanza”.
Traer hijos al mundo se percibe como una empresaEl Papa señaló que "el tema de la Natalidad es central para todos, especialmente para el futuro de Italia y Europa”. “Hoy en día, traer hijos al mundo se percibe como una empresa a cargo de las familias. Y esto, desgraciadamente, condiciona la mentalidad de las jóvenes generaciones, que crecen en la incertidumbre, cuando no en la desilusión y el miedo”.
Una cultura enemiga de la familia, describió el Papa, en la que vivimos hoy. “Viven en un clima social en el que fundar una familia se está convirtiendo en un esfuerzo titánico, en lugar de ser un valor compartido que todos reconocen y apoyan”.
El Papa recordó las palabras sobre la "crisis" que atraviesan Italia y Europa, pronunciadas por Meloni, antes de su discurso: "De la crisis no se sale solo, o salimos todos o no salimos, de la crisis no se sale igual”.
“Las dificultades para encontrar un empleo estable, las dificultades para mantenerlo, las viviendas prohibitivamente caras, los alquileres por las nubes y los salarios insuficientes son problemas reales”, sostuvo. El Santo Padre indicó que son varios los problemas que enfrentan las familias y que la política debe resolver.
Las mujeres, las más perjudicadasEn este contexto, aseguró que las más perjudicadas son las mujeres que "son esclavas de la regla del trabajo selectivo que impide la maternidad”. El Papa contó la historia de una mujer que tuvo que aceptar un salario demasiado bajo, pues de lo contrario no tendría un trabajo.
“Necesitamos, por tanto, políticas con visión de futuro” y “dejar atrás este invierno demográfico”. Una invitación a abordar el problema” sin vallas ideológicas ni posturas preconcebidas”.
La familia no es el problema, sino la soluciónLa familia, expresó el Santo Padre, "no es parte del problema, sino parte de su solución”. Y por eso pregunto a quienes toman decisiones sobre el futuro de las familias: “¿Hay alguien que sepa mirar hacia adelante con la valentía de apostar por las familias, por los niños, por los jóvenes?”, dijo el Pontífice.
La natalidad es una cuestión de esperanzaAsí, “el reto de la natalidad es una cuestión de esperanza”, dijo el Papa. “Pero cuidado, la esperanza no es, como a menudo se piensa, optimismo”. Asimismo, advirtió que “no es una ilusión ni una emoción; es una virtud concreta”. Por tanto, instó a “alimentar la esperanza” que es, “acción social, intelectual, artística, política en el más alto sentido de la palabra”. “La esperanza genera cambio y mejora el futuro”.
La Biblia nos dice que la esperanza no defrauda, confirmó.Y por eso, afirmó el Papa, no nos resignemos a la sonrisa del compromiso, porque "es precisamente en los desiertos más áridos donde Dios abre caminos nuevos" y "la esperanza, de hecho, nos desafía a ponernos en marcha para encontrar soluciones” ante “tantas injusticias”.
Los niños no son bienes individuales“La guerra es una de ellas”, añadió. "Los niños no son bienes individuales, sino personas que contribuyen al crecimiento de todos, aportando riqueza humana y generacional". Los niños aportan “creatividad al corazón de los padres”.
De ahí que instó a “sentirse llamados a la gran tarea de regenerar la esperanza, de poner en marcha procesos que den impulso y vida a Italia, a Europa, al mundo que nos traerán muchos niños”.
0 comentarios:
Publicar un comentario