Redacción Central, 14 May. 23 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), Mons. José Antonio Eguren, envió un saludo y agradecimiento a todas las madres y abuelas con ocasión de celebrarse el Día de la Madre este domingo, y reflexionó sobre el don de la maternidad.
“La maternidad no es un problema, es un don, es el regalo más maravilloso que una mujer puede tener, porque supone participar del poder creador del mismo Dios-Amor”, subrayó el Prelado en un mensaje difundido el 13 de mayo.
“Una madre sabe muy bien que, un hijo nunca es un problema o una carga, sino que, más bien, es una bendición, una buena noticia, aún en las circunstancias y momentos más inesperados y difíciles”, agregó.
Mons. Eguren pidió que “frente al feminismo radical proabortista, incapaz de ver la grandeza y belleza de la maternidad y de la vida humana como un don milagroso de Dios, revaloremos hoy y siempre el don de la maternidad, del cual millones de mujeres son hoy en día un testimonio luminoso”.
“Ahí está el testimonio de las madres que luchan por el futuro de sus hijos en medio de las lluvias y de la pobreza. Ahí está el testimonio de aquellas que son madres de hijos con habilidades especiales, quienes se esfuerzan a diario”, continuó.
También resaltó el testimonio de aquellas madres “que solas son cabeza de su hogar, y se esfuerzan dándolo todo por sus hijos, porque una madre sabe testimoniar, incluso en los peores momentos, el amor, la ternura, la dedicación, la fuerza moral, el sacrificio, y la entrega”.
Mons. Eguren aprovechó para agradecer por todo “lo bueno y bello” que las madres y abuelas “encarnan y significan para sus hijos, para nuestra sociedad y para la Iglesia”.
“Gracias por defender la vida desde la concepción hasta su nacimiento, y durante todas las etapas de la existencia hasta su fin natural. Gracias por amar a sus hijos por ser hijos, por acogerlos incluso cuando llegan de manera inesperada a la vida, porque un hijo nunca es un error”, continuó.
Además, les agradeció por transmitir “la vida sobrenatural de la fe a sus hijos”, porque “sin las madres no sólo no habría nuevos fieles, sino, como lo recuerda el Papa Francisco, la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo, de su belleza y de su atracción”.
En su mensaje, el Arzobispo instó a dar un “cariñoso beso a nuestra mamá”.
“A aquella, que nos alimenta, que nos protege desde nuestra concepción, que nos defiende de los peligros, que nos cura y cuida en nuestras enfermedades, que nunca deja de darnos sus consejos, y que en el silencio de su habitación reza y pide siempre por nuestro bien al Señor y a la Virgen, muchas veces con lágrimas en sus ojos”, sostuvo.
“Y a las que están en el cielo, démosle hoy el beso tierno de nuestra oración y de nuestro recuerdo agradecido, con la seguridad que desde ahí nos miran con amor, y continúan cuidándonos con su oración e intercesión”, agregó.
Finalmente, pidió a la Virgen María, “que proteja a cada mamá terrena”.
“Que todas las madres puedan desempeñar con entrega y fidelidad su servicio cotidiano en la familia, en la Iglesia, y en la sociedad. ¡Que, para todas ellas, la Virgen María sea su apoyo, consuelo y esperanza! ¡Feliz Día Mamá!”, concluyó.
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