Vaticano, 03 Mar. 23 (ACI Prensa).- Los diez ángeles que flanquean el emblemático puente romano de Sant’Angelo sostienen en sus manos elementos relacionados con la Pasión de Cristo.
Cientos de turistas atraviesan cada día el puente de Sant’Angelo, uno de los más conocidos de la ciudad eterna y el que conecta el barrio de “Ponte” con el castillo que hizo de mausoleo, palacio, prisión y refugio de Pontífices.
Las maravillas de Roma suelen descubrirse cuando la mirada se dirige al cielo, y eso es exactamente lo que ocurre en este lugar. Al levantar la vista, se divisan diez grandes ángeles que parecen proteger a cada uno de los transeúntes que, asombrados, recorren los adoquines romanos.
Diez obras de varios artistas de la escuela del gran Lorenzo Bernini flanquean desde 1688 este puente que atraviesa el río Tíber. Lo que no todos saben es que, en sus manos, cada ángel sostiene un elemento relacionado con la Pasión de Cristo.
Ángel sujeta pilar de columna Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
El primero de ellos sujeta el pilar de una columna, en representación de aquella a la que Cristo fue encadenado mientras era azotado. A los pies del ángel puede leerse la inscripción: “Tronus meus in columna” (Mi trono está en una columna).
A continuación, se puede apreciar el ángel que muestra las fustas con las que Jesús fue azotado. En este caso la inscripción dice: “In flagella paratus sum” (Estoy preparado para la flagelación).
Escultura con los látigos. Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
Otro de los mensajeros divinos porta la corona de espinas de Cristo, esculpida por Pablo Naldini y terminada por el propio Bernini. La inscripción de esta escultura es: “En mi aflicción, mientras me clavan el aguijón”. Cabe destacar que la talla original se encuentra ahora en la iglesia romana de Sant’Andrea delle Fratte.
Ángel con la corona de espinas. Crédito: Daniel Ibáñez/ ACI Prensa
La cuarta escultura muestra el sudario, conocido como el velo de la Verónica, donde quedó impreso el rostro de Jesús. En ella puede leerse la frase: “Mira el rostro de tu Cristo”. Como dato curioso, su base está abollada por el impacto de una bala de cañón recibido durante la defensa del Vaticano en 1870.
Ángel con el sudario. Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
A continuación, se erige un ángel que muestra la túnica de Cristo y los dados con los que los soldados se jugaron las vestimentas de Jesús. En esta talla puede leerse: “Super vestimentum meum miserunt sortem” (Echaron a suertes mi túnica).
El siguiente ángel porta la cruz de Cristo y la inscripción: “El dominio descansa sobre sus hombros”.
A esta escultura le sigue el que enseña la inscripción INRI, “Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos”, la segunda figura elaborada por Bernini. La pieza original también fue trasladada a la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte.
Ángel con la inscripción INRI. Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
Asimismo, se puede ver otro ángel que sostiene una esponja, como símbolo de la que usaron los soldados para darle vinagre a Jesús. En este caso, la inscripción es: “Potaverunt me aceto” (Me dieron a beber vinagre).
Escultura que sujeta la esponja. Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
Otro de los ángeles sostiene en su mano unos clavos, que recuerdan a los mismos con los que se clavó a Cristo a la Cruz. En este caso leemos: “Aspicient ad me quem confixerunt” (Mirarán al que traspasaron).
El ángel y los clavos. Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
Por último, se encuentra el ángel que lleva consigo una lanza, recuerdo del arma con la que atravesaron el cuerpo de Cristo colgado en la Cruz, y en él puede leerse: “Vulnerasti cor meum” (Hirieron mi corazón).
El ángel con la lanza. Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
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