VATICANO, 10 Abr. 22 (ACI Prensa).- Este 10 de abril, Domingo de Ramos, el Cardenal Konrad Krajewski -Limosnero del Papa-, llevará por segunda vez una ambulancia a Ucrania, el país que se encuentra sumido en una guerra desde el pasado 24 de febrero.
Según informó la Santa Sede, el cardenal -que viaja a Ucrania por tercera vez-, llegará con la ambulancia a Kiev el Jueves Santo, después de haber recorrido durante la Semana Santa varias zonas del país del este de Europa.
El Vaticano señaló que esta segunda ambulancia enviada a Ucrania de parte del Papa Francisco tiene un gran valor simbólico, ya que recuerda el gesto de cercanía realizado por Jesús durante la Última Cena, cuando lavó los pies a sus discípulos en la víspera de su Pasión.
Con esta ambulancia, el Papa “desea inclinarse ante los hombres y mujeres de Ucrania heridos por la guerra y dar testimonio de su cercanía”.
“Cuando una persona herida, enferma o en dificultades sea llevada en la ambulancia, podrá sentir el abrazo y el consuelo del Papa, que quiere lavar y besar los pies de aquellos hermanos y hermanas que sufren la injusta violencia de la guerra”.
En la homilía de este Domingo de Ramos, el Santo Padre aseguró que “en la locura de la guerra se vuelve a crucificar a Cristo”.
Señaló que “Cristo es clavado en la cruz una vez más en las madres que lloran la muerte injusta de los maridos y de los hijos, es crucificado en los refugiados que huyen de las bombas con los niños en brazos”.
“Es crucificado en los ancianos que son abandonados a la muerte, en los jóvenes privados de futuro, en los soldados enviados a matar a sus hermanos. Cristo es crucificado hoy allí”, dijo el Papa Francisco.
Además, en el rezo del Ángelus el Papa pidió el fin de la guerra y aseguró que “nada es imposible para Dios, aunque haya una guerra de la que no se ve el fin, una guerra que cada día pone delante de nuestros ojos masacres y heridas con demasiada crueldad, realizadas contra civiles desarmados. Recemos por esto”, pidió el Papa.
“Hoy hay guerra porque se quiere vencer así, según la manera del mundo. ¿Por qué?”, se preguntó Francisco, quien aseguró que con la guerra “solamente se pierde”.
“¿Por qué no dejar que venza Él? Cristo estuvo en la cruz para liberarnos del dominio del mal, murió para que reinase la vida, el amor y la paz”.
A continuación, el Papa volvió a pedir “que se bajen las armas, que se inicie una tregua pascual, y no para recargar las armas y volver a combatir, sino una tregua para llegar a la paz, a través de una verdadera negociación, dispuesta también a algún sacrificio por el bien de la gente. De hecho, ¿qué victoria será aquella que levantará la bandera sobre un cúmulo de escombros?”, cuestionó.
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