VATICANO, 13 Abr. 22 (ACI Prensa).- El Papa Francisco condenó nuevamente el conflicto en Ucrania y advirtió: “¡La guerra es un sacrilegio, dejemos de alimentarla!".
Así lo escribió el Santo Padre en un nuevo libro titulado “Contra la guerra. La valentía de construir la paz”, editado en italiano por la Librería Editorial Vaticana (LEV).
El volumen estará disponible a la venta en Italia a partir del 14 de abril y será presentado por el secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, el viernes 29 de abril.
Según la LEV, se trata de un libro en el que el Papa presenta “el diálogo como un arte de la política, la construcción artesanal de la paz y el desarme como una opción estratégica”.
En la introducción del libro, difundida este 13 de abril por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice recordó su viaje a Irak en donde pudo “ver de primera mano el desastre causado por la guerra, la violencia fratricida y el terrorismo”.
“Vi los escombros de las casas y las heridas de los corazones, pero también semillas de esperanza para renacer. Nunca hubiera imaginado entonces que un año después estallaría un conflicto en Europa”, señaló el Papa.
Además, el Santo Padre recordó que desde el principio de su Pontificado ha hablado de una “Tercera Guerra Mundial, diciendo que ya la estamos viviendo, aunque todavía por partes”, y agregó que “estas partes se han hecho cada vez más grandes, soldándose entre ellas...”.
“En este momento, hay tantas guerras en acto en el mundo que causan un inmenso dolor, víctimas inocentes, especialmente niños. Guerras que provocan la huida de millones de personas forzadas a dejar su tierra, sus casas, sus ciudades destruidas para salvar sus vidas. Son las muchas guerras olvidadas que, de vez en cuando, reaparecen ante nuestros ojos desatentos”, escribió.
En esta línea, el Papa Francisco indicó que “estas guerras nos parecían ‘lejanas’. Hasta que, ahora, casi repentinamente, la guerra ha estallado cerca de nosotros”.
“Ucrania ha sido atacada e invadida. Y en el conflicto, los más golpeados son, desgraciadamente, muchos civiles inocentes, muchas mujeres, muchos niños y muchos ancianos, obligados a vivir en refugios excavados en el vientre de la tierra para evadir las bombas, con familias que se separan porque los maridos, padres y abuelos se quedan para luchar, mientras las esposas, madres y abuelas, tras largos viajes de esperanza, cruzan la frontera para buscar refugio en otros países que las reciben con gran corazón”, lamentó el Papa.
El Santo Padre subrayó que “ante las desgarradoras imágenes que vemos cada día, ante los gritos de los niños y las mujeres, no podemos más que gritar: ‘¡Deténganse!’. ¡La guerra no es la solución, la guerra es una locura, la guerra es un monstruo, la guerra es un cáncer que se autoalimenta devorándolo todo!”.
“La guerra es un sacrilegio, que causa estragos en lo más precioso sobre nuestra tierra, la vida humana, la inocencia de los más pequeños, la belleza de la creación. ¡Sí, la guerra es un sacrilegio!”, indicó el Papa.
Recordó que San Juan XXIII, en 1962, “pidió a los hombres y mujeres poderosos de su tiempo que detuvieran una escalada bélica que habría podido arrastrar al mundo en el abismo del conflicto nuclear”.
Asimismo, en 1965 San Pablo VI se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas y dijo: “¡Nunca jamás guerra! Nunca jamás guerra”. Francisco también destacó “los numerosos llamamientos a la paz realizados por San Juan Pablo II, que en 1991 describió la guerra como ‘una aventura sin retorno’”.
La guerra es una locura puraFinalmente, el Santo Padre lanzó un llamado a no perder la memoria porque “la guerra, antes de llegar al frente, debe ser detenida en los corazones”.
“Lo que estamos presenciando es la enésima barbarie y nosotros, por desgracia, tenemos poca memoria. Sí, porque si tuviéramos memoria, recordaríamos lo que nos dijeron nuestros abuelos y nuestros padres, y sentiríamos la necesidad de paz igual que nuestros pulmones necesitan oxígeno”, lamentó el Papa.
En este sentido, el Pontífice señaló que “la guerra lo deforma todo, es locura pura, su único objetivo es la destrucción y esta se desarrolla y crece precisamente a través de la destrucción, y si tuviéramos memoria, no gastaríamos decenas, cientos de miles de millones en el rearme, para equiparnos de armamentos cada vez más sofisticados, para aumentar el mercado y el tráfico de armas que acaban matando a niños, mujeres y ancianos”.
“1981 mil millones de dólares al año, según los cálculos de un importante centro de investigación de Estocolmo. Esto indica un dramático aumento del 2,6% justo en el segundo año de la pandemia, cuando todos nuestros esfuerzos deberían haberse concentrado en la salud global y en salvar vidas humanas del virus”, escribió el Papa Francisco.
0 comentarios:
Publicar un comentario