
Su marido Antonio Alvigi, de 57 años, se encuentra gravemente enfermo de glioblastoma, un cáncer agresivo que suele generarse en el cerebro o en la médula espinal, y por ello el Papa quiso preguntar cómo se encontraba.
Según informó el diario italiano Il Matino, el enfermo se encuentra postrado en una cama de un hospital Oncológico de Nápoles, y a pesar de no poder hablar, escuchó al Santo Padre y entendió a la perfección la conversación que mantuvo con su mujer.
La llamada telefónica del Pontífice fue una respuesta a la carta que una monja amiga de la familia había enviado al Papa Francisco contándole la situación de Antonio. Y por ello, el Santo Padre quiso tener este pequeño detalle con el enfermo para acompañarle en el dolor y enviarle con sus palabras una muestra de afecto y consuelo.
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