VATICANO, 12 Feb. 22 (ACI Prensa).- Con motivo de la celebración de la 30º Jornada Mundial del Enfermo, el Cardenal Peter Turkson presidió la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro, donde señaló que la Virgen de Lourdes “dio al mundo un signo de la misericordia de Dios, que acompaña a la humanidad doliente en su camino por la vida”.
El Cardenal invitó a los fieles a dirigir su mirada a Lourdes, “donde en la curación de enfermedades y dolencias corporales la Santísima Virgen María da a los hombres un anticipo de la salvación que da su Hijo” Jesús.
La autoridad vaticana animó a “dejarse atraer y guiar por la lógica de la misericordia de Dios” y explicó que solamente si experimentamos la misericordia de Dios, podremos tener misericordia nosotros.
En esta línea, el Purpurado explicó que el consuelo “es un servicio prestado a las personas, en el que el consolador ofrece el don de su propia presencia a quienes en ese momento están viviendo una situación de fragilidad, acogiendo sus sentimientos en su interior”.
“Y lo hace inspirándose y tomando fuerza de Dios, que siempre en la historia se ha hecho cercano a la humanidad, convirtiéndose así también en testigo de las obras de Dios realizadas en la vida de los suyos", señaló.
“De generación en generación se extiende la misericordia de Dios”, recordó el Cardenal, “y lo celebramos esta mañana, como en todas partes, cuando los pastores y los fieles "invocan el nombre del Señor para ungir a los enfermos y a las enfermas”.
La misericordia es un bálsamo de vidaA continuación, el Cardenal Turkson habló de los hospitales, residencias de ancianos y de todos aquellos lugares donde se atiende a las personas más frágiles. Aseguró que “ser misericordioso adquiere un significado especial para todos los trabajadores de la salud”.
“La misericordia es un bálsamo de vida, y gracias al Espíritu Santo podemos convertirnos en bálsamos de vida para los demás”, explicó el Cardenal.
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