
Estos nuevos beatos son el sacerdote Cayetano Giménez Martín y quince compañeros suyos, asesinados por odio a la fe. Estos mártires fueron asesinados entre junio y septiembre de 1936.
“Que el testimonio de estos heroicos discípulos de Cristo suscite en todos el deseo de servir al Evangelio con fidelidad y valor. Un aplauso a los nuevos bendecidos”, concluyó el Papa desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano.
De los 16 mártires, 14 eran sacerdotes, uno era seminarista y uno era laico de Acción Católica. El P. Cayetano Giménez pidió morir el último y lo hizo tras dar la absolución a cada uno de sus compañeros. Murió gritando: ¡Viva Cristo Rey!
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