ROMA, 25 Dic. 17 (ACI).- Los cristianos de Mosul celebraron este 24 de diciembre su primera Misa de Navidad luego de que la ciudad fuera reconquistada por el ejército iraquí y fueran expulsados los terroristas del Estado Islámico (ISIS).
La Eucaristía fue presidida por el Patriarca caldeo, Mons. Louis Raphael Sako, junto al Obispo auxiliar caldeo, Mons. Shlemon Warduni y el Arzobispo siro católico de Mosul, Mons. Petros Mouche. También estuvo presente el Arzobispo siro ortodoxo, Nicodemus Daoud Sharaf.
El lugar elegido fue la iglesia de San Pablo, aún en escombros y a cuya limpieza ayudaron jóvenes musulmanes; un gesto que fue agradecido por Mons. Sako en su homilía.
En la Misa estuvieron presentes las primeras sesenta familias cristianas que regresaron a la ciudad y que esperan que pronto se animen a hacer lo mismo el resto de cristianos que aún viven exiliados.
También asistieron autoridades iraquíes, líderes tribales, jefes militares y fieles musulmanes.
En su homilía, Mons. Sako señaló que luego de la liberación del ISIS, ahora Irak enfrenta el desafío de la unidad, superando cualquier tentación de separatismo o de revancha. “Estamos aquí reunidos para rezar por la paz y la estabilidad en esta antigua ciudad, en nuestro país y en el mundo entero”.
“Desde aquí apelamos a todos los musulmanes a hacer sentir su voz, para extinguir las tinieblas del extremismo, de la discriminación y del conflicto, para promover la paz, la tolerancia, el amor, la fraternidad y la dignidad”, afirmó.
“Es lo que estos jóvenes musulmanes han hecho al restituirnos esta iglesia; invitamos a los jóvenes cristianos, yazidíes y los pertenecientes a las demás minorías a unirse a ellos. Y esta solidaridad nos haga esperar que los dispersos puedan retornar a Mosul y vivir en paz”, expresó.
En junio de 2014 el ISIS capturó Mosul y la nombró capital de su califato. Cientos de miles de cristianos fueron expulsados y otros fueron ejecutados por no renunciar a su fe. Los pocos que quedaron debían pagar el impuesto de sumisión.
Los cristianos de Mosul, junto a los de Qaraqosh y de otras villas de la Llanura del Nínive se instalaron como refugiados en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
Luego de poco más de tres años, la ciudad fue finalmente reconquistada por el ejército iraquí, junto a las tropas kurdas y con el apoyo aéreo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 20 de diciembre de 2017
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