
“En la espera orante del nacimiento del Príncipe de la Paz, invoquemos el don de la paz para todo el mundo, especialmente para las poblaciones que más sufren a causa de los conflictos actuales”, dijo desde la ventana del Palacio Apostólico.
“Renuevo en particular mi llamado para que, con ocasión de la Santa Navidad, las personas secuestradas –sacerdotes, religiosos y religiosos y fieles laicos– sean liberadas y puedan regresar a sus casas”.
Además, expresó el deseo de “asegurar mi oración a la población de la isla de Mindanao, en Filipinas, golpeada por una tempestad que ha causado numerosas víctimas y daños. Que Dios misericordioso acoja las almas de los difuntos y consuele a cuantos sufren por esa calamidad”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 24 de diciembre de 2017
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