MUNDO, 08 Ago. 23 (ACI Prensa).- El padre de Jimena, la joven española que asegura haber recuperado la vista durante una Misa en Fátima, narra a ACI Prensa con sencillez y entereza los detalles de lo que define como “un salto en la fe” y un “regalo de la Virgen María para la JMJ”.
Todo ocurrió el pasado sábado 5 de agosto en Fátima (Portugal). Jimena, de 16 años, afirmó haberse curado de un grave problema en el ojo que los médicos habían tachado de incurable después de comulgar y tras haber rezado una novena a la Virgen de las Nieves.
“Sentía algo especial”Su padre, quien asegura haber estado siempre “aferrado en la convicción de que se iba a curar”, cuenta cómo fue la primera llamada de Jimena a casa tras lo ocurrido.
“Prácticamente no hablamos, ella estaba llorando, solo nos dijo ‘que veo, que veo’. Luego nos llamó el cura que había celebrado la Misa para contarnos un poco más de detalles. Es una alegría increíble”.
“Ella se confesó antes de ir a Misa. Estaba muy ilusionada, sentía algo especial. Luego fue a comulgar. Después le daba miedo abrir los ojos porque pensaba: ‘Como no me cure, es que no tengo fe’. Y los abrió, y empezó a ver todo. Entonces ya se puso a llorar y se dio cuenta de que sus amigas estaban dos años y medio más mayores”, señala su padre, todavía emocionado.
Un “Vía Crucis” buscando médicosDesde hace dos años y medio Jimena sufría de un “espasmo de acomodación”. Según explica su padre, se trata de “un bloqueo de las funciones del ojo, algo más o menos normal en niñas de esa edad con una cantidad de 2 dioptrías”.
“En el caso de Jimena, —detalla— oscilaba entre 8 y 16 dioptrías en los peores momentos. Entonces, no le permitía ver ni con gafas, ni de ninguna manera”.
“Digamos que su ‘ojo estaba loco’, con lo cual si le medían que tenía 8 dioptrías y le ponían gafas, no conseguía ver, porque no podía enfocar. La convergencia de los ojos no le funcionaba, era algo que los propios médicos tacharon de inexplicable”.
Desde hace poco más de un año probaron un tratamiento “muy puntero en Japón” con la esperanza de obtener resultados. Sin embargo, no hubo avances. “A Jimena no le funcionaba y le producía efectos secundarios terribles porque se encontraba mal, tenía náuseas, le dolía la cabeza y no podía estudiar”.
“El equipo médico, —continúa el padre de la chica— de una manera no literal, llegó a decir que habían tocado techo, que no sabían qué más hacer”.
Fue Jimena quien pidió a sus padres terminar con la medicación y por ello se propusieron buscar otras alternativas para no quedarse “de brazos cruzados”.
“Hemos hecho un pequeño ‘Vía Crucis’ por médicos que nos han ido recomendando. Nadie ha entendido lo que le pasa. Algunos se lo han tomado de manera amable y otros han sido muy maleducados”, lamenta.
“Existía un componente sobrenatural”“Pero también veíamos que existía un componente que no era normal, un componente sobrenatural”, relata el padre de Jimena a ACI Prensa.
Explica que un día tenían una cita para operar a Jimena, “para arreglar el tema de la convergencia con una intervención en quirófano, y no lo veíamos claro, no estábamos convencidos de que eso fuera lo que teníamos que hacer”.
“Ella rezó mucho a la Virgen esa noche y al día siguiente la convergencia se le curó. Y el propio médico lo vio y entonces dijo ‘esto es bastante asombroso’. Puede ocurrir, pero bueno, estaba bastante asombrado. Y para que un médico esté asombrado ya tiene que ser algo extraordinario”, asegura.
Para la familia de la joven, lo ocurrido “también nos daba pistas de que podíamos tener un salto en la fe y de alguna manera fiarnos de la Virgen y dejarnos en sus manos sin abandonar, lógicamente, la responsabilidad”.
Una novena “que se nos fue de las manos”En los días previos a la JMJ, durante un paseo por la playa del Rincón de la Victoria en Málaga (España), de camino a visitar una imagen de la Virgen del Carmen que se encuentra entre las rocas, padre e hija decidieron abandonarse completamente en la Virgen.
“Andando por la playa empezamos a hablar. Yo le dije que en algunos momentos de su vida había tenido como ‘inspiraciones’”, —refiriéndose a la fe y confianza que la joven había depositado en providencia durante toda su enfermedad —.
Fue tras esa conversación cuando ambos decidieron “mover la maquinaria y poner a rezar todo el mundo”. “Y así fue. Ella nos dijo que creía que había que rezar y hacer una novena a la Virgen de la Nieves del 28 de julio al 5 de agosto, y nos movimos con todo el mundo. Ella se iba a Lisboa el mismo día 28”.
El padre de Jimena detalla que en la novena participaron “miles de personas”. “Se nos fue de las manos”, asegura. “Solamente las niñas que iban con ella eran casi 400 y la mayor parte de las que estaban no la conocían. Y ahora para ellas ha sido como el milagro de la JMJ”.
Las vacaciones de este mes de agosto iban a ser definitivas para la joven. “Habíamos puesto las esperanzas en que en verano, si teníamos algún tipo de señal, si teníamos algún tipo de indicación, nos íbamos a volcar”.
“Septiembre para Jimena era un mundo nuevo, porque tenía que empezar a ir con bastón y a preparar un perro guía, también se tenía que plantear qué carreras universitarias podía hacer y cuáles no”.
Explica que, además, tenían que buscar nuevos médicos, “y cada vez que ella va a un médico es un maltrato, porque le vuelven a hacer todo tipo de pruebas, porque no entienden nada y entonces ella acaba destrozada”.
Además, estuvieron trabajando con la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), “y nos hemos dado cuenta que es un lugar maravilloso”. Sin embargo, reconoce, “siempre estuvimos aferrados en la convicción de que esto se iba a solucionar”.
“Una niña preocupada siempre por la gente de su alrededor”Al padre de Jimena se le entrecorta la voz de la emoción al intentar describir a su hija. Asegura que, para él, es sin duda “una niña especial”.
“Es muy emotiva, es una niña muy sensible y muy amiga de sus amigas, muy preocupada siempre por la gente que tiene alrededor y con una conciencia de eso, de esa amistad que tiene con ese grupo de amigas que llevan prácticamente desde que eran pequeñas”.
Cuenta que también es “una lectora empedernida”, algo que ha tenido que sacrificar durante dos años y medio, “porque en braille no hay tantas novelas como uno puede pensar”.
“Para ella ahora va a ser un regalazo el poder recuperar Moby Dick, la novela que se estaba leyendo cuando perdió la vista. Esta mañana hemos hablado con ella y nos decía que está leyendo los carteles de las fachadas y de las calles de Lisboa porque le parece un regalo poder volver a leer. Le da igual que sean cosas que no tienen ninguna importancia, le parece un milagro poderlas leer”.
La enfermedad como “vehículo para la purificación”Durante los últimos años en los que la enfermedad de Jimena iba empeorando, su familia sintió la necesidad de “no perder el sentido del humor, reírnos de toda situación para poder convivir con ello”.
“Incluso reírnos de situaciones con Jimena porque no veía y sacar el lado más cómico de las cosas terribles que te pueden pasar en la vida, porque sino estás todo el rato centrado en la propia desgracia y la vida es muy dura”.
Asegura, además, que “las cosas no pasan nunca de repente” y que la enfermedad “es un vehículo para que otras personas se purifiquen o sean mejores alrededor del enfermo”.
Cuenta también que Jimena pudo encontrarse con uno de sus 3 hermanos en la Vigilia de la JMJ, unas horas después de haber recuperado la vista.
“Un regalo de la Virgen para la JMJ”Para el padre de la niña madrileña, “lo bonito de esto es que cada uno saca su propio testimonio, su propia vivencia, su propia experiencia, que ha sido muy especial y todo el mundo está muy conmovido”.
“Creo que parte de lo bonito de un milagro es que no sea exclusivo para una persona o una familia, sino que sea lo más grande posible. Y en este sentido, también se nos ha ido de las manos. Ya ha traspasado fronteras”, remarca.
Además, mostró su intención de “no tener ningún protagonismo”, ya que “el foco tiene que estar en la JMJ, ya que creo que esto es un regalo de la Virgen para la JMJ”.
“No necesitamos ninguna confirmación”“Nosotros no necesitamos ninguna confirmación. Vamos a volver a quedar con el equipo médico que le ha estado tratando durante el año pasado, más por cerrar un poco ese episodio para que ellos la vean y que saquen sus propias conclusiones”, explica.
Puntualiza que “al haber sido una novena a la Virgen y al no haber una causa de beatificación”, no necesitan confirmar que se trata verdaderamente de un milagro.
“Yo creo que la gente ya está suficientemente conmovida, el que cree, cree y el que no, pues no va a creer igualmente”, subraya.
Asegura, además, que “cuando uno da un salto en la fe no mira hacia atrás, solamente mira hacia adelante”.
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