, 25 Jun. 21 (ACI Prensa).- El presidente de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Thomas Heine-Geldern, dijo que la próxima Jornada de Oración por la Paz en Medio Oriente es una oportunidad para pedir la curación de las heridas de la región y destacar la necesidad de ayudar a preservar la presencia de las familias cristianas en Tierra Santa.
Recientemente, el Patriarca Latino de Jerusalén y presidente de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa, Arzobispo Pierbattista Pizzaballa, anunció que el 27 de junio se realizará la primera Jornada de Oración por la Paz para Medio Oriente, que busca unir a los cristianos en torno a la Sagrada Familia de Nazareth para actuar “como una familia, en justicia y paz”.
Este día Mons. Pizzaballa oficiará la Eucaristía en Nazareth a las 10:00 a.m. (hora local), consagrará Medio Oriente a la Sagrada Familia “para invocar su protección, paz y reconciliación”, y bendecirá una imagen de esta devoción que peregrinará por la región hasta llegar a Roma el 8 de diciembre, en la clausura del Año de San José, y luego retornará a Tierra Santa.
En simultáneo, los obispos del Consejo de Patriarcas y Obispos Católicos de Medio Oriente celebrarán Misa desde sus países: Egipto, Irak, Israel, Líbano, los Territorios Palestinos y Siria. Durante la jornada participarán las siete Iglesias Católicas de Medio Oriente: armenia, caldea, copta, latina, maronita, melquita y siriaca.
La iniciativa surge ante el sufrimiento de los cristianos en la región a causa de la persecución religiosa por grupos islámicos fanáticos, de terribles tragedias como la explosión en Beirut, de la existencia de regímenes totalitarios y corruptos, e inestabilidad social y económica que obliga a las familias cristianas a huir.
El presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, dijo que la jornada llega en un momento oportuno, pues la “región sangra por muchas heridas” que necesitan ser curadas.
Entre ellas mencionó los “sangrientos conflictos de hace pocas semanas en Tierra Santa”, que “han demostrado, una vez más, lo frágil que es la paz en la patria de Jesucristo, la región de origen de nuestra fe”. Además, recordó los ataques de “grupos islamistas fanáticos que quieren convertir a los cristianos en ciudadanos de segunda clase, estigmatizarlos como ‘enemigos’ y eliminarlos”.
También, dijo que “hay heridas infligidas por guerras -también con participación occidental-, que han dejado más perdedores que ganadores”; y otras causadas “por circunstancias terribles como la explosión de Beirut del pasado agosto, y por la mala gestión, la corrupción, los regímenes totalitarios y la inestabilidad política”.
Recordó que “se han abierto heridas porque, durante demasiado tiempo, los cristianos de Occidente han ignorado a sus hermanos de Oriente Próximo o, en el mejor de los casos, solo se han interesado de forma marginal por su suerte. Sin embargo, el mayor desprecio hacia nuestros hermanos en la fe es el olvido”.
El líder de ACN lamentó el sufrimiento de muchas familias que vivieron la guerra y tuvieron que huir. “Muchas familias jóvenes se preguntan, escépticas, si todavía hay para ellas una perspectiva en su país. Muchas familias cristianas de Oriente Próximo tienen hechas sus maletas”, dijo.
Por ello, afirmó que la jornada y la consagración de la región a la familia de Cristo “es una señal poderosa” que recuerda que la Sagrada Familia “vivió en primera persona la huida, la pobreza y la persecución” y destacó la trascendencia de su presencia para preservar Tierra Santa.
Ayudar a la minoría cristiana en Medio Oriente “es una auténtica vocación”, más que algo “sentimental”, y “depende en gran medida de nosotros, de los cristianos de Occidente, que dentro de veinte, cincuenta o cien años siga habiendo cristianos en Oriente Próximo”, dijo.
Frente a esta situación, aseguró el compromiso de ACN para ayudarlos y seguir contribuyendo a visibilizar a los cristianos de Medio Oriente ante occidente y con ello, sumar fuerzas para lograr preservar su presencia en el territorio.
“Tras el éxodo masivo y la destrucción en la llanura de Nínive, hemos podido ayudar a los cristianos a volver a encontrar un futuro en su tierra natal. En Siria pudimos contribuir a que las confesiones cristianas reforzaran su cooperación durante la guerra asesina, convirtiéndose estas en puntos de encuentro y signos de esperanza para toda la población”, recordó.
Finalmente, Heine-Geldern agradeció a los benefactores de ACN, y “el compromiso de los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles de los propios países, que han ido más allá del límite de sus fuerzas para ayudar a las personas que les han sido encomendadas. Así hemos podido presenciar cómo llenaban de vida el programa político tantas veces citado de ‘luchar contra las causas del éxodo’”.
Advirtió que aún “queda muchísimo por hacer y muchas preocupaciones”. Por ejemplo, aseguró que “el éxodo de cristianos continúa, y la inseguridad política, económica y social parece insalvable. En Siria, la gente gime bajo las sanciones de Occidente, que golpean a los más pobres en lugar de a quienes se pretende castigar”.
Sin embargo, dijo que también “hay signos de esperanza”, entre ellos destacó las visitas del Papa Francisco a Irak y a la Península Arábiga. “La paz necesita perseverancia a largo plazo y necesita diálogo, especialmente, entre las religiones. Y sin libertad religiosa no habrá paz”, aseguró.
Finalmente, llamó a sus benefactores y parroquias a que se acuerden de forma especial de las familias de Medio Oriente el día de la Jornada de oración, y que recen y “se unan a ellas en la celebración de la Misa dominical”.
“La Jornada de Paz para Oriente puede contribuir a concienciarnos acerca de las necesidades de sus gentes, a que expresemos nuestra solidaridad con ellas y a que las ayudemos activamente. Pero, ante todo, la Jornada de Paz para Oriente es una invitación a la oración: Quiera Dios curar las heridas de Oriente Próximo, y que la Sagrada Familia proteja, custodie y guarde a los cristianos de Oriente Próximo. ACN permanecerá a su lado”, concluyó.
0 comentarios:
Publicar un comentario