, 29 Jun. 21 (ACI Prensa).- El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España) presidió una Misa de Acción de gracias por la declaración como Venerable de Amparo Portilla. Tuvo lugar el pasado miércoles 28 de junio en la cripta de la Catedral de la Almudena.
Durante la homilía, el Cardenal Osoro destacó que el nombramiento como venerable de Amparo Portilla era “algo esperado” y que “nos llena a todos de alegría”. “A una persona la Iglesia la declara venerable cuando ha visto que ha habido un seguimiento al Señor”, precisó.
El Cardenal dio gracias al Señor “por haberla tenido entre nosotros, porque su vida al proclamarla y reconocerla como venerable ha hecho que su existencia pregonase la gloria de Dios”.
En ese sentido recordó que al igual que Amparo Portilla, “hay personas que nos encontramos en la vida que nos regalan de lo que tienen, de lo que es abundancia en su vida: personas que viven una amistad especial con Dios y que la expresan y manifiestan en una forma de vivir en la familia, entre los amigos, entre las gentes que conocen. “Te doy de lo que tengo”, que es el amor de Cristo”.
Por eso animó a ser capaces de pasar por la vida “nosotros también regalando este amor y esta curación, que a veces no es una curación como un milagro. Sino personas que nos hacen sentirnos a gusto con ellos y nos hacen sentir lo que es importante y lo que es secundario en nuestra vida”.
“El amor de Dios es lo importante, y cuando ese amor lo experimentamos a través de personas concretas que han aparecido en nuestra vida, es una gracia. Nosotros seguiremos rezando y seguiremos invocando para que esta mujer venerable haga ese milagro necesario para que pueda seguir creciendo en ese reconocimiento que la iglesia da no solamente en ese proceso de venerable beato y santo”, aseguró el Cardenal Osoro.
El Arzobispo de Madrid también destacó que según el ejemplo de Amparo Portilla reconocemos que “hay personas que han estado a nuestro lado en nuestra vida que nos han dado y nos han hecho percibir el amor de Dios”.
“Nosotros damos gracias al Señor, especialmente los que la habéis conocido, los hijos y amigos, personas allegadas, porque habéis descubierto también que el amor de Cristo a través de ella ha llegado a vuestras vidas. Hoy no queremos canonizarla porque no podemos hacerlo, pero esperamos que así se haga”, destacó.
Y animó a pedir al Señor que “nos haga percibir la urgencia que tenemos en nuestra vida de ponder la vida a disposición de Dios, a disposición de los demás. Porque no es posible estar a disposición de Dios si no estoy disponible para los demás”.
Breve biografía
Amparo o María de los Desamparados nació el 26 de mayo de 1925 en Valencia (España).
Se mudó a Madrid y se casó en 1950 con Federico Romero, con quien tuvo 11 hijos. Durante este período se incorporó a la Obra Apostólica Familiar, convirtiéndose, junto con su esposo, en líder nacional.
Se comprometió a difundir la práctica religiosa en la familia, en particular participando en varios programas de televisión que trataban cuestiones familiares.
Esta madre vio la mano de Dios en cada evento de su vida. Trató de hacer su voluntad, confiando siempre en él y enseñando a sus hijos a comportarse igual.
En la oración sencilla, constante y filial encontró la fuerza para apreciar la vida cotidiana, amar a su esposo e hijos sin descuidar la atención a los demás. En la oración buscó apoyo para abrazar los momentos de la cruz, especialmente ante la adversidad y la enfermedad.
En 1994 le diagnosticaron el cáncer al pulmón, comenzó a dirigirse a la Madre de Dios bajo la advocación de la Madre de la Misericordia.
Aceptó serenamente la enfermedad y ofreció su dolor a Dios por sus hijos. A quienes la visitaban los invitaba con una sonrisa a confiar siempre en el Señor.
Falleció el 10 de mayo de 1996.Su mayor deseo era ver algún día a toda su familia reunida en el cielo.
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