, 04 Ene. 21 (ACI Prensa).- Recientemente, el Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, reflexionó en torno a las enseñanzas de la vida de Jesús en Nazaret y afirmó que es “en la vida ordinaria donde acontece nuestra salvación”
Desde el 2016, Mons. Munilla Aguirre difunde contenido para la formación de los fieles en la fe a través de su canal de YouTube “En Ti Confío”. Una de las secciones se titula “Compendio del Catecismo”.
En su video del 19 de diciembre, el Prelado reflexiona sobre la pregunta “¿Qué nos enseña la vida oculta de Jesús de Nazaret?”, contenida en el punto número 104 del Catecismo de la Iglesia Católica.
“Durante la vida oculta en Nazaret, Jesús permanece en el silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así entrar en comunión con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de oración, sencillez, trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, su padre legal, es imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre. María y José, con su fe, acogen el misterio de Jesús, aunque no siempre lo comprendan”, señala el Catecismo.
Mons. Munilla explicó que “por vida oculta de Jesús entendemos esos 30 años que Jesús permaneció en Nazaret viviendo con María y con José”.
“No sabemos cuántos años tendría Jesús cuando falleció su padre José. Tal vez sería el fallecimiento de José el detonante del inicio de la vida pública, no lo sabemos. Pero, hay grandes enseñanzas en la vida oculta de Jesús en Nazaret”, precisó.
El Prelado recordó la homilía de San Pablo XVI cuando visitó Tierra Santa en 1964. Señaló que el Santo Padre visitó Nazaret para consagrar “la Basílica de la Anunciación de Nazaret, que es la basílica más grande de la Iglesia Católica en Tierra Santa”, y pronunció unas palabras sobre la vida oculta de Jesús que están contenidas en el Catecismo Mayor de la Iglesia Católica.
En su mensaje, el Sumo Pontífice recordó principalmente el valor del silencio, la vida familiar y el trabajo humano que Jesús enseñó junto a María y José durante su vida en Nazaret.
“Nazaret es la escuela donde se comienza a entender la vida de Jesús, la escuela del Evangelio, una lección de silencio ante todo. Que nazca en nosotros la estima del silencio, esta condición del espíritu estimable e inestimable, una lección de vida familiar”, dijo el Papa Pablo VI.
“Que Nazaret nos enseñe lo que es la familia, su comunión de amor, su austera y sencilla belleza, su carácter sagrado e inviolable, una lección de trabajo, Nazaret, ¡Oh casa del Hijo del carpintero!, aquí es donde querríamos comprender y celebrar la ley severa y redentora del trabajo humano. Cómo querríamos, en fin, saludar aquí a todos los trabajadores del mundo entero y enseñarles su gran modelo, su hermano divino”, agregó.
Mons. Munilla explicó que “San Pablo XVI quiso decir que en Nazaret hay grandes lecciones. Es la lección de la vida ordinaria. Jesús también salvó al mundo en la vida ordinaria, fuera de los ojos del mundo, fuera de cámaras. No está recogido en los evangelios cómo era el día a día de Jesús en la vida de Nazaret. En la vida ordinaria acontece nuestra salvación”.
El Prelado advirtió que “somos muy dados a buscar lo extraordinario, a pensar que nuestra vida se juega en las circunstancias extraordinarias, esas que son comentadas, esas que después te preguntan: ‘¿Cómo ha sido?, ¿qué te ha acontecido?”.
Sin embargo, subrayó que es “en lo ordinario de la vida” donde “acontece lo sustancial, lo principal. En la vida familiar vivida intensamente. Allí donde amamos y somos amados, donde aprendemos a servir, a olvidarnos de nosotros mismos. A ser felices haciendo felices a los demás”.
En esa línea, recordó que es “en esa carpintería de Nazaret” donde también se dignifica el trabajo. “El hijo de Dios trabaja con José, el carpintero, y es el Hijo del carpintero el que está dignificando el trabajo. El trabajo que nació siendo como fruto del pecado original, un castigo, pasa de ser un castigo a ser una vocación cuando Jesús vive el trabajo y lo redime, lo dignifica”.
El Prelado también destacó “el valor del silencio” en el mensaje de San Pablo VI. “Jesús permaneció en silencio 30 años […] en esta homilía se está imaginando cómo sería la intimidad de Jesús en la vida familiar. Además de expresarse con plena confianza con su padre y con su madre, trato de absoluta normalidad, […] también viviría los momentos de silencio, propios de aquellos que necesitaba tener para hablar con su Padre Dios”, dijo.
El Obispo de San Sebastián dijo que “el bien no hace ruido” y “el ruido no hace bien” y como ejemplo recordó que al visitar la “gruta entrañable de Nazaret en aquella Basílica de la Anunciación, allí también está cómo viviendo ese misterio del silencio de Nazaret”.
“El silencio nos está enseñando que es un lugar en el que Dios se manifiesta no de una manera ruidosa, no de una manera espectacular. Pero, silenciosamente, Dios está actuando en nosotros y quizás también es una invitación a que aprendamos a vivir en un silencio interior que se convierte en diálogo con Dios Padre, como Jesús vivía allí”, agregó.
Finalmente, Mons. Munilla recordó el Evangelio y dijo que Jesús fue ejemplo de obediencia en su familia y que si bien María y José no entendieron todo lo que acontecía, lo guardaban en el corazón.
“María y José, posiblemente se percatarían de muchas cosas que en ese Niño enviado por Dios a su familia estaban aconteciendo en esa vida oculta. Otras muchas [cosas] quizás no las entendían plenamente, pero aún así las guardaban y las meditaban en su corazón”, dijo.
“Ellos bajaron a Jerusalén, Jesús vivía sometido a la obediencia. La vida oculta de Jesús de Nazaret es una vida de sometimiento en obediencia a José y a María […] José y María no lo entendían todo, pero lo guardaban en su corazón y lo meditaban y hacían de ello esa fuente de comprensión de como son los caminos de Dios”, concluyó.
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