, 26 Ene. 21 (ACI Prensa).- Esta semana el Gobierno del presidente de Argentina, Alberto Fernández, presentó el “proyecto de ley de promoción del acceso al empleo formal para personas travestis, transexuales y transgénero”, que según un experto abogado podría generar el rechazo de la población en vez de empatía porque discrimina a la mayoría para favorecer a una minoría.
“Está bien establecer un incentivo porque a estas personas nadie las quiere contratar por diversas razones, entonces se busca una forma de mejorarles las condiciones, pero eso es una cosa y otra distinta es imponer un cupo. Con eso hay un desequilibrio importante de la igualdad ante la ley”, explicó a ACI Prensa el jurista Martín Zeballos Ayarse de Abogados por la Vida en Argentina.
“Se pretende dar empleo a estas personas para favorecerlas e incluirlos en la sociedad y lo que se va a generar es rechazo porque, por ejemplo, un estudiante que está esperando graduarse para aplicar a un puesto de médico o abogado, tendrá que hacer muchas validaciones, mientras a una persona trans le darán el trabajo solo por ser trans. A la gente eso le va a dar bronca”, advirtió.
Según informa Notivida, el proyecto del Gobierno establece que las personas trans deberán constituir el 1 % del total de empleados de cada uno de los tres poderes del Estado.
“Si las personas aspirantes a los puestos de trabajo no completaron su educación, en los términos de la ley de Educación Nacional, se permitirá su ingreso con la condición de cursar los niveles educativos requeridos y finalizarlos”, indica el proyecto.
“A fin de garantizar el ingreso y permanencia en el empleo no podrán ser valorados los antecedentes contravencionales”, agrega.
Se prevé además algunos incentivos para el sector privado como descuentos en los impuestos, mientras que el Banco Nación ofrecerá créditos con tasa preferencial para el financiamiento de los emprendimientos de esta minoría.
Asimismo el proyecto establece la creación de un “Registro Único de Aspirantes” que será confidencial y en el que constará “únicamente” el nombre elegido por la persona, así como sus aptitudes y preferencias laborales.
También se creará la Unidad de Coordinación Interministerial para monitorear la implementación de la ley, cuyo incumplimiento será considerado “mal desempeño” o “falta grave, según corresponda”.
Zeballos dijo a ACI Prensa que “los trans tienen la misma dignidad que cualquier otra persona y deben ser protegidos, pero este proyecto no es la forma”.
De acuerdo a lo publicado en el boletín oficial del Gobierno, continuó el especialista, “si tienes 100 personas y no se necesita más personal, se tiene que contratar a alguien más para cumplir con el cupo, con lo que se le incorpora por el solo hecho de su orientación sexual para hacer una tarea que el Estado no necesita”.
“Entonces tienes que sumar a alguien más cuyo mérito es su orientación sexual”, precisó.
Efecto LipovetzkyEl abogado explicó que esto produce lo que en el “folklore político” argentino se llama “efecto Lipovetzky”, el fenómeno por el cual la sanción de una ley produce consecuencias contrarias a las buscadas.
El término tiene su origen en la ley de alquileres promovida por el diputado por Cambiemos, Daniel Andrés Lipovetzky, aprobada para mejorar la situación de los inquilinos y así pagaran menos. Sin embargo y como señalan numerosos estudios, el efecto fue inverso. Tras la aprobación de la ley y puesta en vigor, el costo de los alquileres aumentó y empeoró la situación de los inquilinos.
Zeballos recordó además que Lipovetzky fue el diputado proaborto que tuvo a su cargo el debato del proyecto de ley para buscaba legalizar esta práctica en 2018, pero que fue rechazado por los senadores.
Con la ley del cupo trans, continuó el abogado, “podría suceder lo que sucedió hace poco con un salteño que dijo ser mujer para jubilarse cinco años antes, aportando cinco años menos. Se cambió de nombre y al final de cuentas la justicia lo avaló”.
El caso ocurrió en 2018 y tuvo como protagonista a Sergio Lazarovich, un hombre que logró jubilarse a los 60 años luego de cambiar de sexo en el registro, para retirarse a la edad de jubilación de las mujeres, que es de 60 años.
“Los trans sí necesitan ayuda”Zeballos fue enfático al recordar que sí es importante ayudar a las personas transexuales, travestis o transgénero.
“Tiene que quedar claro que hay que ayudar a estas personas frente a la alternativa que muchas veces tienen de trabajar en la calle como objetos sexuales, que es algo que hay que evitar”, dijo el abogado a ACI Prensa.
En su opinión, “sí hay formas mejores de hacerlo como con incentivos fiscales en el ámbito privado. Otra cosa es la imposición de un cupo porque eso es cercenar la libertad de contratar y financiar desde el Estado a gente no capacitada para hacer una tarea”.
Con esto, lamentó, “se discrimina a toda la población. Es una discriminación negativa de la mayoría para favorecer a una minoría”.
Para el abogado, este tipo de proyectos de un Gobierno que ha demostrado ser “absolutamente ineficiente y que está desacreditado”, solo “tergiversan las prioridades de lo que necesita la población. Tenemos hospitales que no funcionan, que no tienen gasas, alcohol, y sin embargo ahora se destinan recursos para otras cosas”.
Para concluir, Zeballos Ayarse subrayó que “defectos tenemos todos pero humanos valiosos a los ojos de Dios también somos todos. Los trans también. Esa es la mirada de caridad que se necesita, de mirar al otro como un ser humano con dignidad”.
0 comentarios:
Publicar un comentario