Los Ángeles, 27 May. 20 (ACI Prensa).- Después de que el estado de California relajara las restricciones por la pandemia de COVID-19 también para las iglesias, la Arquidiócesis Los Ángeles, la más grande de Estados Unidos, anunció el martes 26 de mayo su plan para reanudar las Misas con fieles.
En un plan de dos etapas para que las parroquias reabran y ofrezcan los sacramentos, la Arquidiócesis de Los Ángeles proporcionó una lista de verificación para cada parroquia.
Las diócesis y arquidiócesis del estado han reducido las Misas públicas desde marzo, pero a partir del 3 de junio volverán a realizarse en la jurisdicción de Los Ángeles.
Si bien el plan de reapertura de cuatro pasos del gobernador de California, Gavin Newsom, había colocado inicialmente a las iglesias en la etapa 3 de reapertura, el lunes 25 de mayo el estado anunció que las iglesias podrían comenzar a reabrir sujetas a las restricciones de cada condado. El estado se encuentra actualmente en la etapa 2 del plan de reapertura de Newsom, donde la fabricación y algunos negocios minoristas ya iniciaron operaciones.
El estado California permitirá que las iglesias abran al 25% de su capacidad con un máximo de 100 personas.
La Conferencia Católica de California calificó las nuevas directrices estatales como “positivas, constructivas y fundamentalmente alineadas” con los planes de reapertura diocesana, y expresó su gratitud por ser “parte de la consulta”.
Las diócesis y arquidiócesis individuales tomarían las decisiones sobre la reapertura de parroquias en consulta con las autoridades locales, dijo la conferencia.
“Esperamos colaborar aún más con el gobernador Newsom y los líderes de nuestro condado en las próximas semanas para que el distanciamiento social sea el criterio determinante para la asistencia al culto público y para que nuestras comunidades puedan emprender un patrón de culto que sea sostenible y seguro”, indicaron los obispos.
Para la Arquidiócesis de Los Ángeles, el Paso 1 de su plan de reapertura para parroquias permite la adoración silenciosa del Santísimo Sacramento y las confesiones con medidas de distanciamiento social establecidas.
Las iglesias deben limpiarse por completo antes de reabrir y limpiarse nuevamente después de cada uso, y los voluntarios deben estar presentes para abrir las puertas, llevar la cuenta del número de personas al interior, llevar a los fieles a los asientos designados y ayudar a limpiar la iglesia.
Las parroquias pueden “avanzar” al Paso 2 del plan arquidiocesano a partir del 3 de junio, cuando las Misas públicas, los sacramentos de iniciación cristiana, confesiones programadas, bodas y funerales pueden reanudarse. Los coros en las Misas serán reemplazados por un cantor y un acompañante, y la Sagrada Comunión sólo se podrá recibir en la mano.
Para los bautizos de bebés “el uso del óleo de los catecúmenos y el rito del ‘effeta’ deben ser omitidos”, establecen las pautas de la Arquidiócesis.
Si bien la Conferencia Católica estatal ofreció una recomendación positiva del plan de reapertura del estado, una iglesia pentecostal todavía está desafiando a la corte del estado, diciendo que somete arbitrariamente a las iglesias a límites más estrictos de lo que las empresas están sujetas.
La Sociedad Thomas More, que representa a la Iglesia Pentecostal Unida de South Bay en San Diego, envió el martes una carta a la juez de la Corte Suprema, Elena Kagan, indicando que el plan de reapertura del estado todavía era inaceptable para las iglesias.
La jueza Kagan maneja las solicitudes de emergencia de la jurisdicción de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos.
“Es un paso en la dirección correcta, pero ciertamente no va lo suficientemente lejos por la simple razón de que están imponiendo restricciones arbitrarias e inconstitucionales a las iglesias que no están imponiendo a las organizaciones seculares”, dijo el miércoles el abogado Charles LiMandri a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–.
La iglesia de South Bay ya había solicitado una orden judicial de emergencia a la orden del estado que requería que las iglesias permanecieran cerradas, debido al plan original de Newsom que colocaba a las iglesias en la “etapa 3” de la reapertura. La iglesia había pedido relajar las medidas para el domingo de Pentecostés, 31 de mayo.
Luego, el lunes 25 de mayo, el departamento de salud estatal anunció que las iglesias podrían reanudar los servicios religiosos con una capacidad máxima del 25% o 100 personas.
Las medidas aún no son aceptables, argumentó la iglesia en su carta a Kagan, ya que los condados individuales aún pueden mantener regulaciones más estrictas que el “techo” propuesto por el estado que fue anunciado el 25 de mayo.
Además, para las iglesias más grandes, como South Bay, con capacidad para 600 congregantes en su santuario, el límite de 100 personas es un “límite arbitrario”, argumentó la iglesia.
“Algunas de estas iglesias albergan a más de 1.000 personas, por lo que no tiene sentido tener un límite mínimo arbitrario” de 100 personas, dijo LiMandri.
“No están haciendo eso a ninguna otra organización o instalación”, agregó, y señaló que los centros comerciales pueden abrir al 50% de su capacidad y las tiendas como Costco no tienen un límite de clientes.
Lo permitido por el estado para las iglesias también es legalmente sospechoso, argumentó la Sociedad Thomas More, ya que no se movió a las iglesias a la etapa 2 del plan de reapertura original “sino que ha creado un régimen completamente nuevo para regularlas por separado”.
Como varios tribunales federales de circuito no han estado de acuerdo sobre la manera en que los estados pueden restringir la práctica religiosa durante la pandemia, la Sociedad Thomas More solicitó a la Corte Suprema que intervenga y ofrezca claridad.
“A la luz de estas continuas exigencias, es imperativo que los estados reciban orientación constante y uniforme sobre este asunto de suma importancia por parte de Su Señoría o de toda la Corte”, indica la carta.
“El conflicto cada vez más profundo entre los diversos Tribunales de Apelaciones del Circuito ha provocado una gran incertidumbre sobre qué norma legal se aplica cuando los ciudadanos consideran si y bajo qué circunstancias pueden ejercer libremente su fe religiosa asistiendo a servicios en su iglesia, templo, mezquita u otro lugar de adoración”.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos advirtió a California en una carta del 19 de mayo que no podía singularizar a las iglesias con restricciones onerosas durante la pandemia.
Esa carta es una de varias intervenciones recientes del Departamento de Justicia, que advierte a las autoridades estatales y locales de la necesidad de respetar las libertades religiosas al tiempo que hace esfuerzos para detener la propagación del coronavirus.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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