MONTEVIDEO, 06 Sep. 18 (ACI Prensa).- ¿Cómo es posible en la Iglesia hombres que “traicionan al mismo Cristo a quien dicen que sirven?”, fue la pregunta que planteó el Presidente de la Comisión Familia y Vida de la Conferencia Episcopal de Uruguay y Obispo de Minas, Mons. Jaime Fuentes.
“El nuestro es un tiempo complicado, que está pidiendo a gritos mujeres y hombres de oración, que busquen a Jesucristo y extiendan su amor por todas partes: con la palabra, con el ejemplo, buscando solamente lo que a Él le agrade”, sostuvo el pastor.
Agregó que también es tiempo “de especial oración por el Papa, por los obispos y por los sacerdotes: para que persigamos seriamente nada más que la gloria de Dios y sepamos cumplir fielmente con nuestros deberes”.
En su blog Desde El Verdún, Mons. Fuentes desarrolló algunas reflexiones sobre los casos de abuso sexual al interior de la Iglesia Católica, a la luz del testimonio de Santa Catalina de Siena en el siglo XIV.
“El tiempo que le tocó vivir a Santa Catalina fue un tiempo muy turbulento, con graves problemas en el mundo y en la Iglesia, fuera de la Iglesia y dentro de ella. Es el tiempo en que el Papa vivía en Avignon, no en Roma, después de ceder a la influencia de Felipe el Hermoso, rodeado de una corte llena de vicios y pecados”, explicó el Prelado.
Al leer el libro de la Santa titulado “Diálogo”, es posible notar que “nada nuevo hay bajo el sol” respecto a lo que vive la Iglesia hoy.
Catalina “refiere con pelos y señales el tipo de vida que llevaban no pocos miembros de la jerarquía de la Iglesia: pecados contra la naturaleza, concubinatos, corrupción en todos los sentidos, hasta en los más deplorables, un desastre”.
“Eran unas circunstancias que provocaban auténtico escándalo entre los fieles, quienes en no pocas ocasiones, querían juzgar a los sacerdotes, a los obispos, hasta al mismo Papa, y condenarlos”, relató el Obispo de Minas.
Mons. Fuentes explicó también que la “Santa había recibido de Dios una misión, que llevó a cabo hasta el final, con enorme sacrificio”.
“Esto es lo verdaderamente asombroso: en las épocas más difíciles de la historia de la Iglesia, surgen en ella mujeres y hombres y mujeres muy santos que, con la ayuda de Dios, consiguen devolver a la Iglesia la belleza que fue marchita por los pecados”, destacó.
El Obispo resaltó que “Catalina, por amor a la Iglesia, tuvo que encarar nada menos que la tarea de conseguir que el papa –Gregorio XI en aquel momento– dejara Avignon y volviera a Roma. Y lo consiguió, superando todas las dificultades imaginables”.
“Este fue el gran triunfo de Catalina de Siena, por el que la Iglesia le es deudora de gratitud”, continuó el Prelado, “lo alcanzó trabajando incansablemente y rezando tanto y más que lo que trabajaba: rezaba y hacía rezar a todos los que la seguían, que eran muchos”.
Tanto en su libro como en sus cartas, Catalina de Siena “llega hasta el fondo del problema de la Iglesia de su tiempo y responde a esta pregunta: ¿cómo explicar que se haya producido tanta podredumbre en la Iglesia y, sobre todo, en sacerdotes y obispos, que deberían ser ejemplo para todos los demás?”.
Finalmente, Mons. Fuentes expresó que “la idea central de Catalina de Siena acerca de la reforma de la Iglesia es esta: la Iglesia se reformará `con buenos y santos pastores´, es decir, obispos y sacerdotes -obispos en primer lugar-, fieles a Cristo crucificado, buscadores de la gloria de Dios y nada más, sin miedo para corregir lo que esté mal”.
Para leer las reflexiones completas de Mons. Fuentes ingrese a:
Crisis en la Iglesia 1
Crisis en la Iglesia 2
Crisis en la Iglesia 3
0 comentarios:
Publicar un comentario