REDACCIÓN CENTRAL, 25 Sep. 18 (ACI Prensa).- En la rueda de prensa que ofreció en el viaje de retorno de los países Bálticos, el Papa Francisco afirmó que él es el último responsable del acuerdo provisional que el Vaticano firmó el 22 de septiembre con el Gobierno de China para el nombramiento de obispos.
El acuerdo tiene como uno de sus principales críticos al Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, quien dijo en enero de este año que “el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China”. El Purpurado también cuestionaba la posibilidad del levantamiento de la excomunión a siete obispos ordenados sin mandato pontificio, algo que finalmente se ha concretado junto con el acuerdo.
Ante los periodistas que lo acompañaron del 22 al 25 de septiembre en una gira por Lituania, Letonia y Estonia, el Santo Padre explicó que el acuerdo provisional ha sido el resultado de “un proceso de años” en el que han colaborado personas como Mons. Claudio María Celli, el P. Rota Graziosi y el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin.
“El acuerdo lo he firmado yo. Al menos las cartas plenipotenciarias para firmar ese acuerdo que yo he firmado. Yo soy el responsable. Los otros que he nombrado en todo han trabajado por más de diez años. No es una improvisación, sino que es un camino, un verdadero camino”, explicó el Pontífice.
Sobre los obispos que no estaban en comunión con la Iglesia, el Papa dijo que “han sido estudiados caso por caso. Por cada obispo han llegado al final los expedientes de cada uno a mi escritorio y he sido yo el responsable de firmar cada caso de los obispos. Luego el caso del acuerdo ha regresado, se ponían los borradores en mi escritorio, se conversaba, daba mis ideas, los otros discutían y se iba adelante”.
Francisco destacó asimismo que “cuando se hace un acuerdo de paz o una negociación, las dos partes pierden algo. Esta es la ley. Las dos partes, y se sigue adelante. Y esto ha seguido adelante. Dos pasos adelante, uno atrás, dos adelante, uno atrás. Luego han pasado los meses sin hablarnos y luego llegó el tiempo de hablar, que parece al tiempo chino, lentamente. Esta es sabiduría, la sabiduría de los chinos”.
Sobre los fieles en China que durante muchos años han sufrido la persecución, el Santo Padre dijo: “Pienso en la resistencia, en los católicos que han sufrido. Es cierto, y ellos sufrirán. Siempre en un acuerdo hay sufrimiento, pero ellos tienen una gran fe, y ellos escriben, hacen llegar los mensajes. Lo que dice la Santa Sede, lo que dice Pedro es para ellos lo que dice Jesús. Si la fe martirial de esta gente hoy sigue adelante, ¡son grandes!”
Sin mencionar luego a Mons. Carlo Maria Viganò, que en agosto de este año lo acusó de no actuar como debía ante los abusos cometidos por el ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick, el Papa indicó que “cuando salió aquel famoso comunicado de un ex nuncio apostólico, los episcopados del mundo me han escrito, diciendo claramente que se sentían cercanos, que rezaban por mí”.
Del mismo modo, continuó, “los fieles chinos han escrito y la firma de este escrito era del obispo, digamos de la Iglesia tradicional católica y del obispo de la Iglesia Patriótica, los dos juntos y los fieles juntos con ellos. Para mí ha sido una señal de Dios”.
Tras recordar que en el pasado los reyes de España, Portugal y del Imperio Austro-húngaro nombraban a los obispos y el Vaticano les daba una jurisdicción, el Papa agradeció al Señor porque eran otros tiempos: “Eran otras épocas. ¡Gracias a Dios! Que no se repitan”, dijo.
Retomando el tema del acuerdo con China, el Papa dijo que “la cosa se hace en diálogo pero nombra Roma, nombra el Papa. Esto es claro. Y rezamos por los sufrimientos de algunos que no entienden o que tienen en sus espaldas muchos años de clandestinidad”.
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