VATICANO, 26 Sep. 18 (ACI Prensa).- El Secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Gallagher, recordó a la Asamblea General de las Naciones Unidas que para alcanzar la paz es necesaria una conversión de los corazones, reconociendo al otro como hermano o hermana.
El representante vaticano dijo estas palabras durante su intervención en la Cumbre de Paz Nelson Mandela, realizada el 24 de septiembre como preámbulo a la Asamblea General de la ONU que se desarrolla en Nueva York (Estados Unidos).
Mons. Gallagher destacó que la Declaración Política adoptada por los representantes mundiales al comienzo de la cumbre “reconoce que debemos ‘buscar la conversión del corazón y la mente que pueda marcar la diferencia’”.
“De hecho, se necesita una conversión de corazones; tenemos que reconocer en el otro a un hermano o hermana que cuidar y trabajar para construir una vida plena para todos. Este es el espíritu que inspira muchas iniciativas de la sociedad civil, incluidas las organizaciones religiosas, para promover la paz”, señaló el representante de la Santa Sede.
En ese sentido, recordó que cada Año Nuevo la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de la Paz “para llamar la atención sobre el bien inmenso y universal de la paz”.
Mons. Gallagher afirmó que la cumbre realizada el 24 de septiembre “también es una especie de ‘Día Mundial de la Paz’ en el que proclamamos que la paz es un regalo de Dios confiado a todos nosotros. Es nuestra tarea cuidarlo”.
“La Santa Sede se une a los Estados miembros en todos los esfuerzos para trabajar enérgicamente por la paz verdadera y expresa la esperanza de que ‘el compromiso diario de todos continuará dando frutos y que habrá una aplicación efectiva en el derecho internacional del derecho a la paz, como el derecho humano y un prerrequisito necesario para cualquier otro derecho’”.
Mons. Gallagher dijo que “este sería el tipo de conversión de mente y corazón” que ayudará a los demás a “florecer en paz y libertad”.
El diplomático vaticano recordó que en su autobiografía Mandela aconseja que “si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se convierte en su compañero".
“La inspiradora perseverancia de Mandela en su búsqueda de justicia, libertad y paz, es para esta ‘familia de naciones’ una motivación para redoblar nuestros esfuerzos y nuestra dedicación en la búsqueda de un mundo más justo y pacífico”, afirmó.
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