MADRID, 18 Nov. 19 (ACI Prensa).- La Asociación para la Acogida y el Acompañamiento Betania pidió crear fondos de ayuda para víctimas de abusos sexuales en la Iglesia Católica, para que sean usados en el acceso a las terapias que estas personas puedan necesitar y que no han podido costearse.
La Asociación para la Acogida y el Acompañamiento Betania ha pedido a los obispos españoles que “se arbitren los mecanismos y procedimientos necesarios, también económicos, para avanzar en el reconocimiento del daño causado a las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica, al modo que lo han hecho los obispos de Francia”.
María Teresa Compte, presidenta de Betania, aseguró que “la Iglesia debe reconocer su responsabilidad institucional, colaborar en la sanación de las personas que han sufrido abusos en su seno y procurar reparar el daño”.
Betania es la primera y, hasta ahora, única organización en España de apoyo a víctimas de abusos sexuales en contextos eclesiales que, con criterios profesionales e independientes, ofrece acompañamiento, ayuda psicológica y orientación legal a víctimas de abusos en la Iglesia Católica.
Betania propone, según explican en un comunicado, que las personas que acrediten haber sufrido abusos por medio de un informe psicológico-forense puedan acceder a ayudas “sin tener que esperar, como sucede ahora, a un largo y tortuoso proceso en los tribunales que muchas víctimas no están en condiciones de emprender”, señala Compte.
La presidenta subraya que “una decisión de este tipo sería también de gran ayuda para víctimas que ya no pueden acudir a la vía judicial debido a que los delitos han prescrito”, así como para “muchas personas que han sufrido los abusos ya en edad adulta, para quienes, como la realidad demuestra, es especialmente difícil decidirse a denunciar”.
Como ejemplo ponen a la Conferencia Episcopal Francesa ya que en la última asamblea plenaria los obispos del país galo acordaron poner en marcha un fondo que prevé ayudas de alrededor de entre tres mil y cinco mil euros en reconocimiento del daño sufrido. En Alemania, la cantidad establecida por el episcopado fue de cinco mil euros.
También destacaron desde Betania el ejemplo de la organización irlandesa Towards Healing (Hacia la sanación) que ofrece terapias y acompañamiento profesional e independiente a las víctimas. Sus servicios están financiados por los obispos y por las congregaciones religiosas.
En opinión de Teresa Compte éste es “un modelo que responde a unas circunstancias históricas que podrían asemejarse bastante a las españolas”.
Pero sobre todo destaca que lo más relevante sería lo que significaría la decisión de “reconocer y asumir la responsabilidad por el daño causado”.
“Durante décadas, la institución eclesial ha antepuesto su reputación institucional a la verdad de las víctimas, hasta el punto de silenciar y encubrir unos hechos que han facilitado la comisión reiterada de los abusos”, aseguró.
También destacan que éste era uno de los pasos que demandan las víctimas, “personas que han sufrido abusos por parte de sacerdotes y otras personas en quienes confiaban plenamente”, y que, “a día de hoy, siguen esperando un reconocimiento institucional que les permita estar seguras de que han sido creídas y sus historias de sufrimiento han sido reconocidas y tomadas en serio”.
Por eso Compte insiste en “la importancia de establecer ayudas económicas para acceder a terapias de calidad, que respondan a las problemáticas específicas que presentan los abusos sexuales en contextos eclesiales” y que hasta ahora muchas víctimas no se han podido costear.
De hecho, según subraya la presidenta, “ése es, junto a la escucha, el vacío que ha pretendido llenar Betania”.
En los últimos meses diversas diócesis españolas han puesto en marcha comisiones para la investigación de denuncias y atención a las víctimas de abusos sexuales, a lo que María Teresa Compte asegura que es “un paso adelante”, aunque se muestra escéptica en algunos puntos.
Dijo que “falta transparencia, así como unos procedimientos claros, públicos y comprensibles, como sucede en otros países de nuestro entorno, que preserven el anonimato de las víctimas y les permitan conocer de antemano cómo se va a actuar exactamente cuando presenten su denuncia, cuánto tiempo tendrán que esperar para obtener una respuesta o cuáles son sus derechos”.
Además, Compte reclama la apertura de los archivos para que se pueda llevar a cabo “una investigación independiente y rigurosa, siguiendo el ejemplo de los obispos de Francia”, algo que permitiría “empezar a conocer la magnitud del problema en España” y “sería una prueba de la voluntad real de la Iglesia de actuar”.
La presidenta de Betania asegura que “no se puede ser juez y parte”. “Las personas que acuden a denunciar o a poner los hechos en conocimiento de las instituciones donde sufrieron abusos deben sentirse seguras, por lo que siempre es preferible que sean profesionales externos e independientes quienes realicen la intervención. Ya bastante confusión experimentan las víctimas como fruto de unos abusos perpetrados por personas en las que confiaban para que, cuando se arbitran mecanismos de respuesta y reparación, se siga fomentando la confusión de roles”, insiste.
Aunque asegura que es distinto que “la institución religiosa en la que se cometieron los abusos se encargue de garantizar que sus víctimas tienen acceso a unos servicios profesionales, expertos y de calidad, y que, una vez completado el proceso, se presten a que, con la intervención de personas facilitadoras, puedan celebrarse encuentros restaurativos, siempre que así lo pidan las víctimas”.
Además cuestiona si la creación de las comisiones en las distintas diócesis responde a la voluntad de querer ayudar “a resolver los problemas reales o se crean solo para responder a la presión de la opinión pública”.
Por eso pregunta si “a la hora de diseñar estas comisiones, ¿se les ha preguntado a las personas víctimas de abusos qué quieren y qué necesitan?”.
En sus primeros nueve meses de vida, la asociación Betania ha atendido a unas 50 personas que contactaron con su servicio de escucha y atención terapéutica a través del teléfono de España +34 636 99 18 46 o del correo electrónico acogida@acogidabetania.es
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