MADRID, 14 Nov. 19 (ACI Prensa).- El pasado lunes el Estado Islámico asesinó al sacerdote Hovsep Bedoyan, de la comunidad armenio-católica de Qamishli (Siria), que se encontraba junto a su padre, un hecho que es una señal de que los terroristas islámicos están realizando ataques selectivos contra los cristianos..
El Vicario Apostólico de Alepo de los católicos de rito latino, Mons. Georges Abou Khazen, aseguró a Asia News, la reivindicación de ISIS del asesinato de este sacerdote y su padre es una “señal clara” de que los atentados son “selectivos” y están especialmente dirigidos contra los cristianos.
“La ofensiva de los turcos contra los kurdos en el noreste ha exasperado la situación ya de por sí crítica, de una población que ya ha vivido las persecuciones y los genocidios de principios del siglo XX”, precisó Mons. Khazen, en referencia a la incursión que Turquía realizó en octubre en Siria.
El P. Hovsep Bedoyan y su padre cayeron en una trampa del ISIS en la ruta que conecta las localidades de Hassaké y Deir er Zor. También resultó herido el diácono Fati Sano, que viajaba con ellos, ya que se dirigían a la iglesia católica armenia de Deir er Zor, para supervisar las obras de reconstrucción que se están llevando a cabo.
Según informa Asia News, los terroristas reivindicaron las fotos de los documentos de identidad de las víctimas y precisaron que se trataba de “dos sacerdotes cristianos”.
Ese mismo día explotaron una motocicleta y dos coches en las inmediaciones de la iglesia caldea y un mercado de la localidad de Qamishli, en el centro de la ciudad.
Según explicó Mons. Khazen “las explosiones provocaron siete muertos” y el hecho de que se detonaran cerca de la iglesia tiene un significado muy claro: “Quieren atacar a los cristianos”.
El Vicario de Alepo precisó que cuando comenzó la guerra en Siria, uno de los primeros atentados que tuvieron lugar fue “hacer estallar el mausoleo erigido en memoria del genocidio turco”, por lo que “las minorías se encuentran en la mira del ejército turco y de sus aliados y por eso intentan huir”.
El Prelado también aseguró que ha repetido en numerosas ocasiones que “los milicianos del ISIS son instrumentos en manos de los Estados Unidos y Turquía” para alimentar la tensión.
La ofensiva de Ankara “ha generado mayor inestabilidad afectando por igual a asirios, caldeos, católicos sirios… las mismas víctimas del genocidio turco en el pasado”. Por eso subraya que aunque el ejército sirio ha llegado a la zona “y trata de infundir seguridad, si estos episodios se repiten, inevitablemente el miedo crecerá entre la población y habrá miles de personas queriendo huir”.
Mons. Khazen también explicó que han alojado a algunos estudiantes universitarios “provenientes del área afectada por los últimos ataques” y asegura que los jóvenes “están sumamente preocupados, tienen miedo por sus familias, que se han quedado en su tierra. A la violencia, se suman gestos que confirman la escalada de tensión: están cortando la luz y el suministro de agua. Como ya sucedió en Alepo, a los atentados se suman los sabotajes y los actos vandálicos para incentivar la huida. Ya hemos pasado por esto antes”.
Además asegura que los cristianos del noreste de Siria “están abandonados a su suerte y la realidad es cada vez más dura y complicada”, y subraya que los soldados de Estados Unidos han regresado con sus tanques de guerra, pero solo para controlar los pozos de petróleo e impedir que el ejército sirio los recupere.
Por eso denunció que en la región “crece la inseguridad. Incluso nosotros, en Alepo somos blanco de bombardeos. Sin ir más lejos, hace dos días murió una niña. Rebeldes y yihadistas se mantienen en las periferias y prosiguen con los ataques. ¡Estamos cansados!”.
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