, 29 Oct. 21 (ACI Prensa).- El Rosario es una poderosa oración a la Virgen María en la que meditamos varios episodios de la vida de Jesús, y en los misterios gozosos Dios nos muestra que en medio de las dificultades podemos encontrar la alegría y la paz.
En un artículo publicado en National Catholic Register, Sherry Antonetti, autora del libro The Book of Helen (El libro de Helen), indicó que el mundo nos vende que solo en lo perfecto, cuando las tareas están terminadas, se puede encontrar la alegría y la paz.
“Sin embargo, si miramos la vida de Jesús, María y José reflejada en los misterios gozosos del Rosario, sabemos que las mayores alegrías vinieron a través de la lucha, del sufrimiento, cuando todo estaba lejos de ser perfecto”, remarcó.
La autora señaló que en los misterios gozosos Dios da una idea de cómo superar las pruebas que los fieles enfrentan en la vida diaria.
1.- Primer Misterio Gozoso: La anunciación
Antonetti señaló que cuando María recibió y consintió la buena nueva de ser la Madre de Dios, aceptaba también un corazón traspasado por una espada.
“¿Cómo respondemos a lo desconocido, a los temores que acompañan a lo desconocido de cooperar con la voluntad de Dios incluso cuando es difícil, incluso cuando implica un desafío para toda la vida?”, preguntó.
La escritora señaló que al imitar a María podemos decir sí con confianza al plan de Dios, “que es más grande que el nuestro y está orientado a llevar tantas almas como sea posible al Cielo”.
2.- Segundo Misterio Gozoso: La visitación
La autora indicó que el viaje de María a la casa de su prima Isabel representa para una mujer joven un gran sacrificio y esfuerzo.
El servicio a otra embarazada, “cuando ella misma se encontraba en el mismo estado, habría requerido un gran desprendimiento. Su encuentro trajo alegría a Isabel, María, Juan y Jesús”, señaló.
Antonetti resaltó que este misterio enseña que “el servicio, la abnegación y el sacrificio, cuando nacen del amor, traen alegría a todos los que dan y a todos los que reciben, aunque requiere mucho esfuerzo”.
3.- Tercer Misterio Gozoso: El nacimiento de Jesús
“Las circunstancias del nacimiento de nuestro Señor difícilmente podrían describirse como ideales o prístinas, y, sin embargo, en este pesebre rodeado de animales nuestro Señor se permitió nacer, sufrir frío y todas las incomodidades que conlleva ser un niño indefenso en este mundo”, resaltó la autora.
Antonetti indicó que la encarnación de Jesús “hizo que los pastores y los magos miraran con asombro, los cielos estallaran en cánticos y proclamaran: ‘Alegría para el mundo’”.
“Cuando la necesidad e incluso la amenaza de la perdición y la muerte parecían ser todo lo que había, la alegría estalla en todo el mundo en respuesta”, subrayó.
4.- Cuarto Misterio Gozoso: La presentación
La escritora recuerda que cuando María y José presentan a Jesús en el templo, la Virgen conoce la profecía de Simeón, en la que se le anuncia a la Madre de Dios que una espada de dolor atravesará su corazón.
Antonetti resaltó que estas palabras apenas consuelan a María, pero saber que su hijo es Cristo permite guardarlas en su corazón.
“Para aquellos de nosotros que enfrentamos un mal diagnóstico o una noticia dura, saber que María tomó en su corazón y confió en la bondad de Dios nos muestra nuevamente cómo seguir adelante y cómo enfrentar lo que está por venir”, subrayó.
5.- Quinto Misterio Gozoso: El niño perdido y hallado en el templo
“Perder a Nuestro Señor tuvo que asustar a María y José como nada en el mundo, y esos tres días de no saber nos enfatizan que cuando no sabemos (que es a menudo), debemos confiar en Nuestro Padre Amoroso”, remarcó la autora.
La escritora indicó que cualquiera que busque al Señor “también encontrará a Dios Padre, y cualquiera que confíe en Dios Padre encontrará a Cristo”, por medio del Espíritu Santo que “guiará nuestros pasos y alentará nuestras acciones, para que podamos sobrellevar la ansiedad de no saber”.
Antonetti señaló que actualmente la ansiedad es una plaga si no nos “aferramos firmemente a la realidad más profunda del amor omnipresente de Dios”, que a pesar de estos tiempos inciertos de pruebas y sufrimientos, nos enseña que el Señor “está siempre presente y nos ofrece su abrazo infinito”.
“Jesús, que se ocupa de los negocios de su Padre, busca ser encontrado y ofrecerse a nosotros en cada Misa, en las Escrituras, y en cada oportunidad que tenemos de responder al mundo en los sacrificios diarios”, agregó.
Finalmente, la escritora dijo que es tarea de todo seguidor de Jesús “ser un testigo gozoso de la Buena Nueva” y proclamar en toda circunstancia “la gran bondad de nuestro Señor y su oferta de salvación tanto ahora como en el mundo venidero”.
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