Redacción Central, 21 May. 21 (ACI Prensa).- Después de que la Asamblea de Irlanda del Norte aprobó una resolución para solicitar la prohibición formal de las “terapias de conversión” por orientación sexual e identidad de género, varios líderes cristianos advirtieron que el lenguaje del veto es vago y podría generar un efecto abusivo contra la atención pastoral y la actividad cristiana.
“Como iglesia, nos preocupamos por todos y no queremos que nadie esté sujeto a prácticas dañinas o poco éticas, incluida la vergüenza, el dolor o el trauma emocional”, dijo un portavoz de la Iglesia Metodista en Irlanda, según The Irish News.
“Por otro lado, –continuó– también somos conscientes de que el término ‘terapia de conversión’ se ha utilizado para socavar algunos cuidados pastorales legítimos y la precaución contra el uso impreciso y general del término que sirve para el cuidado pastoral de personas con atracción no deseada por el mismo sexo o disforia de género”.
“La Iglesia Metodista en Irlanda afirma claramente que todo el mundo es amado incondicionalmente por Dios y que la orientación homosexual en sí misma no es un pecado”, agregó el portavoz.
El 20 de abril, la Asamblea de Irlanda del Norte aprobó una resolución no vinculante que pedía la prohibición de la terapia de conversión “en todas sus formas”. La moción, que fue aprobada por 59 votos a favor y 24 en contra, pidió a la ministra de Comunidades, Deirdre Hargery, que presentara una legislación para prohibir la práctica. La Asamblea rechazó una enmienda que decía que las “actividades religiosas legítimas” como la predicación, la oración y el apoyo pastoral no constituyen una terapia de conversión.
Los parlamentarios del Partido Unionista del Ulster (UUP) propusieron la resolución original, mientras que los miembros del Partido Unionista Democrático (DUP) propusieron la enmienda fallida y luego se opusieron a la moción final.
La Coalición de Terapia Anticonversión, formada por un grupo de jóvenes activistas, se opuso a la protección de la religión en la resolución de la Asamblea, diciendo que permitiría que “por razones religiosas se utilice como una exención para practicar la terapia de conversión, sobre la base de que es una práctica religiosa”.
David Smyth, quien dirige la Alianza Evangélica, dijo que su grupo se opone a toda terapia coercitiva. Sin embargo, dijo que las iglesias y los grupos religiosos necesitan protecciones similares a la legislación sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo que exime a las organizaciones religiosas. De manera similar, citó preocupaciones sobre la vaga definición del término “terapia de conversión”.
A la Alianza Evangélica, señaló, le preocupa que ofrecerse a orar por alguien o hablar sobre las creencias de las iglesias con alguien que se siente diferente y quiere resolver esa diferencia o “vivir con esta tensión”, pueda verse como una terapia de conversión.
“Desafortunadamente, el debate público sobre esto se ha polarizado tanto que es difícil tener una discusión”, dijo Smyth.
Ha habido pocos comentarios católicos oficiales sobre tales propuestas en Irlanda.
“No estoy al tanto de la llamada ‘terapia de conversión’ en las diócesis y no ha sido respaldada por la Conferencia Episcopal Irlandesa”, dijo un portavoz de la Iglesia Católica, según Irish News.
Estas leyes también se están considerando al sur de la frontera en la República de Irlanda. Allí, un proyecto de ley presentado por primera vez en el 2018 todavía se encuentra en un comité del Senado. El proyecto de ley, propuesto por el senador del partido nacionalista irlandés Sinn Fein, Fintan Warfield, tiene cerca de 20 senadores como copatrocinadores.
El debate en el Senado acusó al antiguo ministerio católico Courage International de practicar la terapia de conversión. La organización es un ministerio para católicos con atracción por el mismo sexo que buscan alcanzar la santidad.
El P. Phillip Bochanski, director ejecutivo de Courage International, le dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– en abril que dicha legislación, como la de varios estados de Estados Unidos y otros países, define la “terapia de conversión” de manera demasiado amplia.
Señaló que el proyecto de ley irlandés en efecto “restringirá la libertad, y a menudo la voluntad, de los ministros pastorales y otras personas de fe y buena voluntad para hablar, en público o individualmente, sobre lo que la Palabra de Dios dice sobre cuestiones de moralidad sexual, atracción e identidad”.
Un portavoz de la Iglesia en Irlanda dijo que su último sínodo general no ha expresado una opinión sobre las terapias ni ha promovido ninguna de ellas.
Si bien la Asamblea de Irlanda del Norte tiene un control local significativo, el Parlamento del Reino Unido podría presentar una legislación que afecte otras partes del Reino Unido.
El gobierno de la primera ministra Teresa May respaldó la prohibición de la “terapia de conversión” en 2018, mientras que el primer ministro Boris Johnson señaló el verano pasado que se adelantarían los planes para una prohibición, informó BBC News.
El P. Bochanski dijo que las prohibiciones podrían “fácilmente” interpretarse para aplicarse de manera amplia a la actividad religiosa, es decir, en “conversaciones en entornos pastorales, homilías, catequesis de niños o adultos, o incluso los consejos dados a una persona en confesión, si estos presentan las enseñanzas de la Iglesia sobre la atracción sexual, identidad sexual y castidad”.
El sacerdote dijo que los partidarios de una prohibición a menudo usan varias definiciones de “terapia de conversión”. En las discusiones para el público en general, los defensores de una prohibición “normalmente se centran en historias de trato horrible llevado a cabo por individuos y grupos (algunos religiosos, otros laicos) con poca o ninguna formación o experiencia psicológica”, dijo.
Sin embargo, los proyectos de ley a menudo se presentan a las legislaturas en términos de “regular a los médicos, psiquiatras y psicólogos, y otros en las profesiones de la salud”, añadió.
En el Reino Unido, impulsar una prohibición de la “terapia de conversión” podría enfrentar complicaciones con el éxito de la impugnación legal de las prácticas médicas “transgénero” en menores.
El 2 de diciembre de 2020, el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido dictaminó que es poco probable que los niños sean lo suficientemente maduros como para dar un “consentimiento informado” al tratamiento médico que involucre “bloqueadores hormonales de pubertad” y hormonas, con la finalidad de realizar un cambio de “género” o “reasignación de género”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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