, 20 Ago. 20 (ACI Prensa).- El Cardenal George Pell, prefecto emérito de la Secretaría para la Economía del Vaticano, absuelto de varias acusaciones de abuso sexual en Australia, habló esta semana sobre cómo mantuvo la esperanza durante el periodo que estuvo en prisión por un crimen que no cometió.
El Cardenal Pell, de 79 años, brindó una entrevista en vivo en la décima conferencia anual del Instituto de Napa, que se realizó del 14 al 15 de agosto, donde señaló que no era “optimista” en un sentido humano, sino que su fe y la oración diaria lo ayudaron a evitar la desesperación y la amargura.
“La virtud de la esperanza cristiana es diferente al optimismo. No importa cuáles sean las circunstancias por las que atraviesan en esta vida, eventualmente todo irá bien. Un buen Dios está a cargo, aunque sucedan cosas terribles”, agregó.
El Purpurado fue inicialmente condenado por cargos de abuso sexual en Australia en 2018. Sin embargo, el 7 de abril de 2020, el Tribunal Superior del país anuló la sentencia de seis años al dictaminar que el Cardenal no era culpable de los cargos.
El Purpurado aún enfrenta una investigación canónica en la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma, aunque después de que se anulara su condena, varios expertos canónicos señalaron que era poco probable que enfrente un juicio de la Iglesia.
Durante la entrevista, el Cardenal Pell señaló que recibió unas cuatro mil cartas de apoyo mientras estaba en prisión, donde muchos de los fieles pedían que orara por ellos.
Además, indicó que, en circunstancias normales, habría celebrado una Misa por cada una de las peticiones que llegaban a él, pero en los 13 meses que pasó en régimen de aislamiento se le prohibió celebrar Misa.
El Purpurado resaltó que durante este tiempo aprovechó en fortalecer su vida de oración, al rezar a la Virgen María por las intenciones que le encomendaban los fieles y practicar la oración del Oficio Divino, la lectura espiritual y participar en Misa todos los domingos a las 6:00 a.m.
El Cardenal Pell señaló que también escribió tres páginas al día en su diario, como una buena terapia en sus 13 meses en prisión. En junio, el editor de Ignatius Press señaló que planean publicar en la primavera de 2021 una versión abreviada de estos escritos, que alcanzan las mil páginas, o un primer volumen del texto completo.
El Purpurado indicó que el concepto cristiano del sufrimiento redentor fue un gran consuelo para él mientras soportaba la humillación, la quietud y el aburrimiento de la prisión.
“Estaba bastante seguro de que mis pequeños sufrimientos eran algo que se podía ofrecer, con el sufrimiento de Cristo, por el bien de la Iglesia”, señaló.
El Cardenal Pell reconoció que la Iglesia en muchas partes del mundo está bajo una tremenda presión por el anticatolicismo.
El Purpurado señaló que los escándalos de pedofilia y los crímenes cometidos por algunos miembros de la Iglesia hacen que sea aún más difícil proclamar el mensaje del Evangelio.
Aun así, cree que la Iglesia permanecerá fiel a Cristo y las enseñanzas del Evangelio, donde aparecerán nuevos líderes y movimientos de renovación, como sucedió en la época de los benedictinos, franciscanos y jesuitas.
“La adversidad no es necesariamente mala para la Iglesia. La adversidad puede sacar lo mejor de nosotros”, dijo.
Sobre los temas de actualidad, el Cardenal Pell indicó que se mantenía informado por medio del periódico tres veces a la semana y que veía la televisión para conocer las noticias nacionales. De esta manera siguió de cerca los eventos relacionados con el Brexit, así como el Sínodo de la Amazonía que tuvo lugar en el Vaticano en octubre de 2019.
El Purpurado dijo que, aunque tenía algunas preocupaciones sobre el sínodo mientras se estaba llevando a cabo, “los resultados no fueron tan malos”. La exhortación apostólica del Papa Francisco sobre la Amazonía, resultado final del sínodo, pide que las mujeres de la región sudamericana sean incluidas en nuevas formas de servicio en la Iglesia, pero fuera de los ministerios ordenados del diaconado permanente o del sacerdocio.
“Qué ganancias hubo, bueno, eso lo deben decidir los que estuvieron presentes”, agregó.
Otro tema que el Cardenal Pell observó con gran interés desde la prisión fue el desarrollo del escándalo financiero en la Secretaría de Estado del Vaticano, que involucra, entre otras cosas, un acuerdo cuestionable para comprar un hospital en problemas en Italia y para invertir en un lujoso complejo de apartamentos en Londres.
El Purpurado fue designado por el Papa Francisco como el primer jefe de la Prefectura de Economía en el Vaticano, que se encargaba de supervisar y reformar las finanzas de la Santa Sede. Como informó CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, el Cardenal Pell se opuso a la solicitud de préstamo para comprar el hospital en quiebra, pero sus advertencias fueron rechazadas.
En la entrevista, el Cardenal señaló que hace algún tiempo que el Vaticano pierde dinero. En 2018 la Santa Sede tuvo un déficit de 70 millones de euros en su presupuesto de 300 millones.
La pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación, señaló el Cardenal. En particular, los Museos Vaticanos han sufrido una fuerte caída en los ingresos por la falta de visitantes.
El Purpurado enfatizó que la Iglesia no es un negocio y pidió que los que ocupan puestos de liderazgo dentro de ella sean muy fuertes y estén alertan contra la corrupción.
Aun así, expresó cierto optimismo sobre el éxito que tendrá el Concilio de Economía del Vaticano en erradicar la corrupción y adoptar una “posición firme sobre los temas básicos” dentro de las finanzas de la Santa Sede.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
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