Cracovia, 28 Oct. 19 (ACI Prensa).- El Arzobispo Emérito de Cracovia (Polonia), Cardenal Stanisław Dziwisz, explicó por qué considera que el episcopado polaco pidió hace unos días al Papa Francisco que declare a San Juan Pablo II como Doctor de la Iglesia y patrono de Europa.
El Cardenal Dziwisz, que fue secretario personal de San Juan Pablo II por más de 40 años, dijo hace unos días durante el congreso del movimiento “Europa Christi”, que el Pontífice polaco merece este reconocimiento por haber “contribuido con un gran soplo de aire fresco a la vida de la Iglesia y, a través de ella, a los espacios universales más amplios de cultura, política y ciencia ampliamente entendidas”.
Asimismo, desarrolló tres puntos esenciales que hacen a San Juan Pablo II digno de tales reconocimientos.
1. La visión de Juan Pablo II de la Iglesia: Un doctorado en eclesiología
El Cardenal polaco comentó que San Juan Pablo II tuvo “una gran cantidad de discursos públicos, audiencias, viajes al extranjero y documentos ricos en contenido que demostraban no solo su diligencia, sino también el verdadero amor a la Novia de Cristo (la Iglesia)”.
“Veo la importancia del testimonio del Papa, principalmente en cómo Wojtyla entiende a la Iglesia. Incluso antes de ser elegido para la Santa Sede de Pedro y Pablo, los Apóstoles, escribió en Stanislaus que la Iglesia establece para él el espacio más íntimo de su propio ser interior y es el ‘fondo de su ser’. Como consecuencia de su encuentro con Cristo, el Papa Wojtyla admitió a la Iglesia en el centro de su vida personal”, dijo el Purpurado.
“La Iglesia se ha convertido en un hogar para él –continuó–, y él se convirtió en un hogar para la Iglesia. Cualquiera que lo haya conocido personalmente una vez y recuerde su aspecto y la sensación de sus manos, sabrá cómo entender estas palabras. En ellas no había extrañeza ni distancia. Como hombre dedicado a Dios y a la Iglesia, se entregó a las personas y encontró un lugar para ellas en su interior”.
El Cardenal Dziwisz resaltó que, ante el desafío de enfrentar un mundo fragmentado, “Juan Pablo II predicó constantemente el misterio de la Iglesia como un hogar para todos” y se evidenció en “su voluntad de estar cerca de las personas”.
“Se puede afirmar sin exagerar que durante el pontificado de Juan Pablo II, la Iglesia nuevamente mostró su rostro humano y se convirtió en un hogar nuevamente. Esto se evidencia no solo por los eventos específicos cuya escala coincide con los desafíos de los tiempos modernos (…), sino también por una serie de documentos papales” y por su contenido, destacó el Purpurado.
En ese sentido, recordó la importancia de la exhortación apostólica post-sinodal Familiaris Consortio, “en el que se levanta de facto una pequeña excomunión de personas divorciadas y se les invita a integrarse más profundamente con la Iglesia”.
“Esta nueva eclesiología expresada más en la vida práctica que en el papel merece ser llamada eclesiología cordial. Una apertura misionera de la Iglesia, tenor pastoral del ministerio petrino, que muestra que el rostro amigable de la Iglesia son todos los frutos de una visión tan cordial de la Iglesia, arraigada profundamente en el corazón de Juan Pablo II”, acotó.
Asimismo, el Cardenal Dziwisz llamó la atención sobre otra dimensión más del testimonio de la Iglesia del Papa San Juan Pablo II: La búsqueda de la razón, especialmente a través de su encíclica Fides et Ratio.
“Ahora, en la era de la posmodernidad, Wojtyla sigue siendo un firme defensor de la razón. La modernidad tardía rechaza la razón y su capacidad de explorar y descubrir la verdad (…) Como hombre del espíritu, también es un intelectual brillante, y como filósofo, también es un teólogo practicante. Su servicio cordial para ofrecer a las personas un hogar en la Iglesia se combina naturalmente y fluye de la vida del intelecto fascinado por Dios”, dijo.
“La Iglesia de Wojtyla sirve la verdad y al mismo tiempo sirve la razón”, añadió.
2. Juan Pablo II y una comprensión más profunda del hombre: Un doctorado en antropología
El Cardenal Dziwisz dijo que “todas las actividades académicas de Karol Wojtyla giraron en torno al misterio del hombre, de su persona y de sus acciones personales en el mundo”.
“Este largo y complejo proceso de alcanzar la comprensión del hombre y la búsqueda de la forma más adecuada de expresar la verdad descubierta, alcanza su plenitud en la Teología del Cuerpo. Esta teología es, sin duda, la expresión más madura de los pensamientos de Wojtyla y, al mismo tiempo, es su contribución más original a la historia de la teología y, más ampliamente, a la historia de la comprensión del hombre”, destacó el Purpurado.
También dijo que si bien San Juan Pablo II no es el primero en abordar los temas del cuerpo, el matrimonio y la familia en la historia de la Iglesia, la manera en que aborda estos temas y describe esas realidades, lo convierten en “creador de una teología integral del cuerpo”.
“Su visión a este respecto sigue siendo una síntesis sobresaliente de hilos teológicos, filosóficos, psicológicos y científicos. La razón, la experiencia y la fe le permiten desarrollar de manera aguda preguntas que prácticamente nunca antes habían sido examinadas por teólogos”, aseguró.
Finalmente, el Cardenal explicó que esta “teología responde a las preguntas más profundas del hombre moderno, lo protege contra la objetivación y señala la belleza de su misterio, que Dios mismo ha hecho a su imagen y la síntesis de toda la creación. Y a este respecto, especialmente a este respecto, el Papa Wojtyla seguirá siendo un destacado maestro de la Iglesia”.
3. Juan Pablo II como patrono de Europa
El Cardenal Dziwisz aseguró que la “personalidad, pensamientos y trabajo” de San Juan Pablo II “dejaron una gran huella no solo en la vida de la Iglesia, sino también en toda la comunidad del mundo”.
“La vida de Karol Wojtyla/Papa Juan Pablo II es un recordatorio sobre las raíces cristianas de Europa y de toda la civilización occidental. El Papa demuestra con su vida que ser europeo y ser discípulo de Cristo no se excluyen mutuamente, sino que se superponen radicalmente”, recordó.
Luego destacó “la contribución de Juan Pablo II a la historia reciente de Europa”.
“Muchos historiadores, políticos y comentaristas afirman que el Papa desempeñó un papel central en el derrocamiento del comunismo y en la integración continental de la comunidad. Fue su ministerio la piedra angular del despertar nacional de esperanza en Polonia. Fue instrumental y contribuyó masivamente a la consolidación de los movimientos sociales y políticos destinados a crear una Europa libre, igualitaria e históricamente justa”, dijo.
Finalmente, el Purpurado comentó que por todas estas razones, “debe decirse que el Papa Wojtyla no solo es un gran Doctor contemporáneo de la Iglesia, sino también un prominente mecenas de Europa, que tiene mucho que decir a todos, tanto creyentes como no creyentes”.
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