
“Los padres juegan un rol muy importante en el discernimiento vocacional, constituyendo un factor primordial y decisivo en la vida de sus hijos. La familia es fundamental, pues los padres acompañan, orientan, guían, transmiten valores y creencias, y los educan a sus hijos en la fe”, afirmó el Episcopado en su carta pastoral “Escuchar y acompañar a los jóvenes en un proceso de discernimiento”.
En ese sentido, indicó que “las experiencias de vida de los padres iluminan a los jóvenes para tomar las mejores decisiones, ya que confían en ellos y reconocen que buscan su bien”.
Asimismo, invitó a colaborar en este proceso a “los sacerdotes, religiosos y religiosas, educadores, catequistas, líderes y coordinadores de grupos y movimientos apostólicos”.
Los obispos hicieron este llamado porque, en el caso de la violencia, es “un fenómeno multicausal que se manifiesta en el propio hogar del joven, en la escuela y el barrio, así como en el uso inadecuado de medios de comunicación y redes sociales, entre otros”.
“Si los niños y jóvenes se desarrollan en un ambiente de violencia familiar, cuando sean adultos, con mayor probabilidad, replicarán ese modelo. A esto se añade la creciente desigualdad y exclusión, la corrupción, el tráfico de drogas, la sexualidad desordenada que lleva a un grave deterioro moral y la ausencia de adhesión a valores humanos y cristianos, como factores determinantes que merecen una especial atención”, advirtieron.
Asimismo, la CED pidió a los jóvenes y a las familias perdón por el antitestimonio “de algunos miembros de nuestra Iglesia”, y pidieron que las debilidades de estas personas no les desanimen. “Que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder su confianza. La Iglesia es su madre, no les abandona y está dispuesta a acompañarlos por caminos nuevos”, expresó.
En la carta pastoral los obispos también llamaron a los jóvenes a mostrar interés por “la construcción de un porvenir colectivo de paz, de dignidad y de libertad democrática”.
El Episcopado reiteró la confianza de la Iglesia en los jóvenes. “Ante la incertidumbre en la fe y en la toma de decisión por una opción de vida, queremos ofrecerles a los jóvenes las herramientas necesarias para que puedan descubrir su auténtica vocación y así alcanzar su realización personal”.
“En este proceso proponemos tres pasos fundamentales: escuchar, discernir y acompañar; un joven no puede alcanzar lo que aspira si no tiene quien le escuche, quien reflexione con él y quien le acompañe en su camino, por eso los adultos y las instituciones educativas, sociales, políticas y religiosas deben poner la atención necesaria a este segmento de la población dominicana que son el presente y el futuro de la Iglesia y de la sociedad”, señaló.
En ese sentido, los obispos se comprometieron, entre otras cosas, “a desarrollar un amplio, serio y adecuado camino formativo de asesores y líderes juveniles que acompañen a otros jóvenes en el proceso de crecimiento de su fe”.
Asimismo, a seguir apoyando “las instancias que trabajan en la preparación al matrimonio, de forma que les aporten a los jóvenes los elementos necesarios para recibirlo en buena disposición y logren formar familias cristianas”.
“Queridos jóvenes, queremos expresarles nuestro propósito firme de escucharles, de discernir con ustedes, de acompañarlos en su camino personal y comunitario, así como en su fe en Jesucristo y a la vocación a la cual han sido llamados por el Señor”, expresó la CED.
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