PANAMÁ, 26 Ene. 19 (ACI Prensa).- En su discurso a los cientos de miles de jóvenes reunidos esta noche en el Campo Juan Pablo II – Metro Park para la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019, el Papa Francisco dijo que sin educación, sin trabajo, sin comunidad ni familia es imposible soñar futuro.
Al agradecer a uno de los jóvenes que dio su testimonio sobre cómo había superado el problema de las drogas, el Santo Padre dijo que lo que había sucedido con el muchacho se puede resumir “en los cuatro ‘sin’ que dejaron nuestra vida sin raíces y se seca: sin trabajo, sin educación, sin comunidad y sin familia. Es decir, vida sin raíces. Estos cuatro ‘sin’, matan”.
“Es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra. Es fácil ‘volarse’ cuando no hay de dónde agarrarse, de dónde sujetarse. Esta es una pregunta que los mayores estamos obligados a hacernos, los mayores que
estamos aquí, es más, es una pregunta que ustedes tendrán que hacernos y tendremos el deber de respondérsela: ¿Qué raíces les estamos dando?, ¿qué cimientos para construirse como personas les facilitamos?”.
El Pontífice indicó que resulta “fácil resulta criticar a los jóvenes y pasar el tiempo murmurando si les privamos de oportunidades laborales, educativas y comunitarias desde dónde agarrarse y soñar el futuro. Sin educación es difícil soñar futuro, sin trabajo es muy difícil soñar futuro, sin familia y sin comunidad es casi imposible soñar futuro”.
“Porque soñar el futuro es aprender a responder no solo para qué vivo, sino para quién vivo, para quién vale la pena gastar mi vida. y eso lo tenemos que facilitar nosotros los mayores dándoles trabajo, educación, comunidad, oportunidades”, agregó.
Francisco resaltó que “cuando uno se descuelga y queda sin trabajo, sin educación, sin comunidad y sin familia, al final del día nos sentimos vacíos y terminamos llenando ese vacío con cualquier cosa, con cualquier verdura. Porque ya no sabemos para quién vivir, luchar y amar”.
El Papa recordó que cuando una vez conversó con algunos muchachos llegó a la conclusión de que muchos jóvenes no creen Dios porque son presas de “la cultura del abandono y de la falta de consideración. No digo todos, pero muchos sienten que no tienen mucho o nada para aportar porque no cuentan con espacios reales desde dónde sentirse convocados”.
“¿Cómo van a pensar que Dios existe si ellos, estos jóvenes, hace tiempo que dejaron de existir para sus hermanos y para la sociedad? Así los estamos empujando a no mirar el futuro y a caer en las garras de las drogas, de cualquier cosa que los destruya. Podemos preguntarnos: ¿Qué hago yo con los jóvenes que veo?, ¿los critico o no me interesa?, ¿los ayudo o no me interesa? ¿Es verdad que para mí dejaron de existir hace tiempo?”.
El Santo Padre puso como ejemplo a Don Bosco, el santo fundador de los salesianos que miró a los niños y jóvenes con los ojos de Dios y cuyo ejemplo los cristianos deben seguir.
“Por medio de rostros concretos es como el Señor se hace presente. Decir ‘sí’ como María a esta historia de amor es decir ‘sí’ a ser instrumentos para construir, en nuestros barrios, comunidades eclesiales capaces de callejear la ciudad, abrazar y tejer nuevas relaciones”.
“Ser un ‘influencer’ en el siglo XXI es ser custodios de las raíces, custodios de todo aquello que impide que nuestra vida se vuelva gaseosa, que nuestra vida se evapore en la nada”, subrayó el Pontífice.
Francisco explicó que la grandeza a la que están llamados los jóvenes no es la que ofrece el mundo, sino la que ofrece el Señor cuando, como María, se responde “hágase” al llamado de Dios.
“A ustedes jóvenes les pregunto: ¿Quieren ser ‘influencer’ al estilo de María. Ella se animó a decir ‘hágase’? Solo el amor nos vuelve más humanos, no las peleas, no el bullying, el amor nos vuelve más plenos, todo el resto son buenos pero vacíos placebos”, señaló.
“Dentro de un momento -indicó- nos encontraremos con Jesús vivo en la Eucaristía. Seguro que tendrán muchas cosas que decirle, muchas cosas que contarle sobre distintas situaciones de sus vidas, de sus familias y de sus países”.
El Papa también alentó a los jóvenes a no tener miedo al estar frente a Jesús: “No tengan miedo de decirle a Jesús que ustedes también quieren tomar parte en su historia de amor en el mundo, ¡que están para más!”
“Amigos: Les pido también que en ese cara a cara con Jesús sean buenos y le pidan por mí para que yo tampoco tenga miedo de abrazar la vida, cuide las raíces, para que sea capaz de cuidar las raíces y diga como María: ¡Hágase según tu palabra!”, concluyó.
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