BUENOS AIRES, 09 Ene. 19 (ACI Prensa).- “La vocación fue un regalo”, afirmó la hermana Corina Ciappina, de la Congregación Hermanas de Nuestra Señora de la Merced del Divino Maestro, al cumplir 100 años de vida.
Crédito: Agencia Informativa Católica Argentina (AICA)
Con una Misa celebrada el 5 de diciembre en la casa madre de la congregación, fundada en 1889 en Buenos Aires (Argentina), la religiosa celebró su cumpleaños junto a sus familiares y amigos a quienes confesó estar “cada vez más contenta”.
Nació en Sicilia (Italia) en 1918. Fue la segunda de cuatro hermanos, su nombre de bautismo era Santina y su familia se mudó a Argentina cuando ella había terminado el segundo grado de primaria. Su papá trabajó en una cervecería y en los ferrocarriles en la ciudad de Córdoba.
En su juventud, Santina tenía deseos de ser religiosa e ingresó a Instituto Hijas de María Santísima del Huerto. Sin embargo su salud comenzó a quebrantarse y la superiora estimó que por su condición esa vida no era para ella.
En esa época, por el año 1933, se abrió en Córdoba el colegio Nuestra Señora de la Merced y el Divino Maestro, perteneciente a la congregación que lleva el mismo nombre y tiene como misión la educación y formación cristiana de la juventud y de la niñez.
“Con mi familia íbamos a Misa allí y me impresionó la piedad tan grande de las hermanas. Rezaban con mucho fervor. Al ver a las hermanas con un fervor tan grande dije: acá tengo que venir yo”, comentó la hermana Corina a sus familiares y amigos.
Corina ingresó a la congregación a los 16 años. “Confío en la gran misericordia de Dios. Gracias a Jesusito querido, que me ha concedido una vida larga”, expresó la religiosa, al mismo tiempo que pidió perdón a Dios por los pecados que haya cometido “en mi vida religiosa y civil”.
La hermana Corina normalmente salía a la calle, sin embargo una caída accidental que tuvo a los 99 años le provocó una fractura en la cadera que hoy la tiene en silla de ruedas. Pese a ello, la anciana conversa con alegría y buen humor.
Durante su vida religiosa, la hermana Corina ejerció como docente y fue directora del antiguo colegio de la Inmaculada en el Obispado de Quilmes. Su congregación está presente en Argentina, Uruguay y en España.
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