, 28 Sep. 21 (ACI Prensa).- El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia (España), aseguró que “cuando no es respetada adecuadamente la libertad religiosa y de conciencia, no hay democracia. Alguna legislación pretende limitar la objeción de conciencia y nadie protesta. Y España está siendo atacada en sus raíces más básicas, en su derecho humano fundamental previo y anterior a cualquier sistema democrático”.
El Arzobispo de Valencia hizo estas declaraciones durante la presentación del último Informe de Libertad Religiosa en el Mundo elaborado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
En el encuentro, el Cardenal pidió una armonización entre la libertad de expresión y religiosa según la Doctrina Social de la Iglesia y destacó que “hay que reconocer la libertad religiosa como base y fundamento de los derechos fundamentales e inviolables. Debe haber una unidad que vertebre nuestra sociedad democrática, en favor del bien común y del bien de las personas”.
“A veces sucede que esa prevalencia de la expresión sobre la libertad religiosa se torna en ataques contra el cristianismo, la Iglesia, sus representantes; uno se puede expresar impunemente, pero ¿qué espacio de defensa se deja a la fe?”, recordó el Cardenal.
El Arzobispo de Valencia también insistió en que “defender la libertad de expresión como un derecho absoluto es origen de muchos sufrimientos. Sé que lo que acabo de decir a algunos no le parecerá políticamente correcto, pero debo decirlo en orden a la verdad, la razón y el bien común: está siendo fuente de cercenamiento de derechos inviolables como es la libertad religiosa. No puede prevalecer la libertad de expresión sobre la religiosa”.
Y puso varios ejemplos que mostraron que “la libertad religiosa tiene mucho que avanzar en España” en los que recordó el caso “del del diputado de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) que señaló recientemente en el Congreso ‘quién puede creer que un pajarraco dejó embarazada a la Virgen María’ y la señora presidenta no le pidió que se retirara. Es un insulto a la libertad religiosa y nadie tomó ninguna determinación”.
Por eso animó a recordar las palabras de san Juan Pablo II en su último viaje a España, en el que aseguró que “no podemos arrinconar a la fe cristiana a la intimidad”.
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