, 30 Ago. 21 (ACI Prensa).- El P. José Carbajal es el superior de la Orden de los Padres Barnabitas, a quienes se les encomendó la misión en Afganistán. Tanto él como el P. Giovanni Scalese, responsable de la Misión en este país, pidieron oraciones por el futuro de Afganistán.
La Iglesia católica ha estado presente en Afganistán desde hace más de un siglo, cuando los sacerdotes barnabitas comenzaron la misión sui iuris y se les encomendó la dirección de la única iglesia reconocida del país, ubicada en la embajada italiana de Kabul.
El P. José Carbajal, es procurador general de la Orden de los Padres Barnabitas, que ha estado en contacto directo y continuo con el sacerdote Giovani Scalese, que dirigía la misión de la Iglesia en Afganistán.
El superior de los Barbanitas explicó a Ayuda a la Iglesia Necesitada que la presencia de la iglesia católica en Afganistán se desarrolló siempre en el interior de la embajada italiana en Kabul.
Los Padres Barnabitas, desde su fundación en el siglo XVI, siempre han estado al servicio de las necesidades de la Iglesia. Son colaboradores de los Obispos allí donde la Iglesia les necesita, porque su carisma es el de acompañar al pueblo de Dios en sus necesidades más urgentes e importantes.
Tal y como hizo el P. Scalese en Afganistán, en donde permaneció hasta el último momento.
"El P. Scalese ofrecía el servicio religioso, la celebración de la Misa y demás sacramentos para el personal interno y externo de la embajada y de otras representaciones diplomáticas. Además las congregaciones religiosas presentes en el país tenían nuestra misión como su punto de apoyo, allí era donde todos se encontraban", afirmó.
Antes de la vuelta de los talibanes al poder, la situación de los cristianos en el país era tranquila. "A pesar de las limitaciones, siempre había una vida de comunidad, una vida de Iglesia bastante normal. Siempre se ha mantenido un servicio a este pequeño pueblo católico que allí peregrinaba. Ha habido momentos de crisis pero siempre se ha logrado mantener la actividad misionera", precisó.
Ahora que los religiosos están fuera del país la situación de la iglesia en Afganistán es incierta, quedan "en las manos y en la providencia de Dios".
"La idea es que el pequeño grupo que acompañaba nuestra presencia en Afganistán pueda encontrar un lugar también donde vivir con normalidad. Esto no va a ser fácil pero confiamos en la providencia de Dios y en las mediaciones a nivel diplomático para que se pueda buscar una solución a estas personas", aseguró.
Según el P. Carbajal, el P. Scalese pidió "rezar, rezar mucho por Afganistán". "Creo que independientemente de que la presencia católica continúen en Afganistán o no, debemos seguir rezando. Como creyentes, confiamos en la maternal protección de María. Tenemos que seguir rezando por el pueblo afgano y para que las principales víctimas puedan mantener su dignidad y mantener siempre viva la esperanza".
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