, 21 Ago. 20 (ACI Prensa).- Después de que líderes internacionales lamentaran la reconversión de Santa Sofía en mezquita el pasado 24 de julio, el viernes el presidente de Turquía publicó un decreto que ordena que otra emblemática y antigua iglesia ortodoxa bizantina deje de ser museo y sirva nuevamente al culto musulmán.
El 21 de agosto se publicó en el diario oficial nacional un decreto del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que ordena que la antigua iglesia ortodoxa y ahora museo Kariye Camii o Iglesia de San Salvador de Cora, sea reconvertida en mezquita.
Este edificio se encuentra en Edirnekapi, Fatih, distrito más poblado, religioso y conservador de la capital Estambul.
Según informó AsiaNews, el decreto se sustenta en la decisión del Consejo de Estado de noviembre de 2019 que señala que el uso de la edificación como museo va “en contra de la ley”. Ahora, el antiguo monasterio estará bajo el control de la Dirección de Asuntos Religiosos (Diyanet), encargada de liderar las obras para transformarlo en mezquita.
El Monasterio de San Salvador de Cora es considerado por el reconocido historiador turco Ilber Ortayli como “un punto de referencia del patrimonio cultural mundial” y “uno de los ejemplos más raros del arte bizantino” debido a sus mosaicos y frescos, señaló Asia News.
Según Asia News, esta conversión en mezquita es considerada “un insulto para el patrimonio cultural de la humanidad, incluso mayor que el sufrido por Santa Sofía”. También, señaló que algunos diplomáticos opinan que la decisión refleja una “ambición arrogante” de Erdogan que mezcla convicciones políticas, ideologías y cultura.
Asimismo, señaló que los críticos afirman que la decisión cuenta con amplia tolerancia por parte de políticos de occidente “más dedicados en velar por sus intereses económicos y financieros que por defender la dignidad del ser humano”.
Al respecto, informó que cerca de seis mil industrias alemanas operan en Turquía y que el presidente Erdogan cuenta con la aprobación de Donald Trump, quien alaba su “liderazgo”.
El Monasterio de San Salvador fue construido en el año 534, durante el período bizantino. Sus muros interiores, así como las columnas y cúpulas están enteramente tapizadas con espléndidos mosaicos y frescos que datan del siglo XI.
Luego de la conquista de Constantinopla por el Imperio Otomano, el monasterio fue transformado en 1511 en mezquita de una manera muy similar a como sucedió con Santa Sofía. Por ello, parte de su infraestructura fue recubierta con yeso. Años más tarde, en 1945, el Consejo de Ministros de la República de Turquía convirtió la mezquita en un museo.
En 1958, una parte de sus frescos y mosaicos pudieron ser vistos luego de un minucioso trabajo de la escuela de arqueología de Estados Unidos, que tuvo la colaboración de algunos expertos turcos.
En mayo de 2020 el Consejo de Estado aprobó que el presidente turco convierta el museo de Santa Sofía en mezquita, decisión que fue lamentada por la Iglesia Católica y que despertó la crítica internacional por el daño causado a la historia y la herencia cultural de la humanidad.
Los Obispos de Estados Unidos declararon el 24 de julio como “día de duelo”, fecha en que se realizó el primer rezo islámico después de 86 años en la antigua iglesia de Santa Sofía.
La Arquidiócesis Greco-Ortodoxa de América se sumó a este gesto simbólico y señaló que la reconversión de Santa Sofía es “un programa de una errada apropiación cultural y espiritual, así como una violación de todos los estándares de la armonía religiosa y respeto mutuo”.
El 12 de julio, el Papa Francisco aseguró sentirse “muy dolido” por la conversión de Santa Sofía.
Para la Iglesia Ortodoxa griega, cuya sede está en Constantinopla, el uso de Santa Sofía como “trofeo y símbolo de conquista” genera “fuertes protestas y frustraciones entre los cristianos de todo el mundo, además de dañar a Turquía de diversos modos”. La Iglesia de Oriente Medio considera que la decisión de Erdogan ataca la libertad religiosa, debido al simbolismo que representa Santa Sofía.
Para los intelectuales turcos musulmanes, seguidores de la corriente islámica reformista kemalista, Nazif Ay, Mehmet Ali Öz y Yusuf Dülger, la conversión de Santa Sofía representa “un error grave e irresponsable” que elimina la neutralidad religiosa y dará paso “al odio contra el islam”.
Mohamed Abdel Salam, secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana y consejero especial del gran imam de Al Azhar, Ahmed Al Tayeb, máxima autoridad dentro del islam suní, envió una carta a Erdogan reclamando que Santa Sofía siga siendo lugar de apertura, encuentro e inspiración para personas de todas las naciones y religiones.
Turning the country which used to have democratic capacity into a radical Islamic state & open dictatorship is aggravating relations between #Muslims & #Christians worldwide. This is a grave step back. Needless to say what #Turkish negative influence in the #Balkans may encourage pic.twitter.com/dt7g9UvRdy
— Sava Janjic (@SavaJanjic) August 21, 2020
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