MADRID, 30 Sep. 19 (ACI Prensa).- El Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona (España), participó en el congreso de Evangelización de la Diócesis de Getafe, Madrid (España) con una ponencia sobre el Corazón de Cristo, “un misterio que se ha de vivir”.
El Congreso de Evangelización se celebró el pasado 28 y 29 de septiembre en el Cerro de los Ángeles bajo el lema “Sus heridas nos han curado”.
Comienza la ponencia del cardenal Mons. Juan José Omella, arzobispo de la Archidiócesis de Barcelona: “Corazón de Cristo, Misterio que se ha de vivir.” #EvangelizarconCorazon pic.twitter.com/CiNqKLpZjI
— Diócesis de Getafe (@DiocesisGetafe) September 28, 2019Según explicó el Cardenal Juan José Omella “en el Corazón de Cristo se nos revela el misterio de la ternura divina”.
“El abismo insondable del amor de Dios Padre se ha vertido en el corazón humano del Hijo, y se nos ha hecho absolutamente próximo y accesible por el don del Espíritu. Este amor encarnado en el que se nos entrega la misma Trinidad, y en el que nuestro modo humano de sentir y de amar se abre a la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu, constituye el misterio central de nuestra fe”, aseguró el Cardenal, según recoge la web de la Diócesis.
El Arzobispo de Barcelona explicó que el Corazón de Cristo es “un misterio de amor vulnerable, sujeto al frío y al calor, a la fatiga, al hambre, a la sed, sensible sobre todo al desdén, y aun al violento rechazo de quienes no lo reconocen como fuente de vida”.
Es, según afirmó, “un misterio donde el querer divino se ha hecho tan próximo a los hombres, que llora con sus penas y se goza con el consuelo de quien se sabe amado y rescatado”.
Sin embargo, el Cardenal Omella apuntó que ese misterio del Corazón de Jesús “no es accesible para todos” ya que “la dureza de corazón de no pocos les impidió, y les sigue impidiendo, reconocerlo”.
Otro de los puntos que destacó fue la “sencilla profesión de confianza” que hay dentro de la jaculatoria “En Vos confío” ya que, según explicó el Arzobispo “nos devuelve la luz y evita que caigamos en la trampa de buscar la admiración de los demás. Esa invocación de confianza es también una invocación de descanso, un descanso que brota de la experiencia inmediata de su Amor y de la confianza ilimitada de nuestra fe”.
También explicó los dos “defectos” de Sagrado Corazón que precisamente demuestran su grandeza: “Su falta de memoria, que hace que no recuerde nuestros pecados, y que su desconocimiento de la contabilidad, ya que para Él una oveja perdida vale igual que las otras 99”.
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