OTTAWA, 30 Abr. 19 (ACI Prensa).- Según un nuevo informe del Gobierno, más del 1% de todas las muertes del 2018 en Canadá fueron el resultado de la eutanasia.
El Cuarto Informe Interino sobre Asistencia Médica para Morir en Canadá, publicado este mes por Health Canada, reveló que de enero a octubre de 2018 un total de 2.613 personas en el país recibieron "asistencia médica para morir", lo que representa un 1.12% de todas las muertes.
Según el informe, solo una persona se auto administró el fármaco letal en un suicidio asistido. En todos los demás casos, el paciente falleció después de una dosis letal administrada deliberadamente por un médico o una enfermera a petición del paciente.
Las leyes de suicidio asistido en los Estados Unidos generalmente requieren que los pacientes se autoadministren el fármaco, pero este no es el caso en Canadá.
Estas cifras no incluyen los Territorios del Noroeste, Yukon o Nunavut, ya que los números en estas áreas eran extremadamente pequeños; o Quebec, que tiene un sistema de informes diferente.
Cuando el proyecto de ley se presentó por primera vez en abril de 2016, el Cardenal Thomas Collins, de la Arquidiócesis de Toronto, dijo que esto era una señal de que la sociedad iba en la dirección equivocada.
"En un momento en que nuestra prioridad debería ser fomentar una cultura de amor y mejorar los recursos para aquellos que sufren y enfrentan la muerte, el suicidio asistido nos lleva por un camino oscuro", advirtió el Cardenal Collins.
El Purpurado señaló que “a primera vista, puede parecer una opción atractiva, un escape rápido y misericordioso del sufrimiento que se puede experimentar en la vida, pero una reflexión más completa revela sus sombrías implicaciones, no solo para el individuo sino para nuestra sociedad, y especialmente para aquellos que son los más vulnerables Tal reflexión es muy necesaria ahora".
En junio de 2016, el Parlamento canadiense aprobó el Proyecto de Ley C-14 que legalizó el suicidio asistido por un médico y la eutanasia administrada por un médico en todo el país. Desde entonces, más de 6.700 canadienses han muerto como resultado de un homicidio medicinal.
La gran mayoría de las muertes inducidas por médicos en los primeros 10 meses de 2018 tuvieron lugar en un hospital o en la casa del paciente. Alrededor del 5% ocurrió en un hogar de ancianos o en un centro de atención, y otro 4% estaba en un hospicio.
Solo el 7% de los que recibieron asistencia médica para morir tenían entre 18 y 55 años. La edad promedio de las personas fallecidas fue de 72 años.
Unas seis de cada diez personas que eligieron la asistencia médica para morir tenían algún tipo de cáncer. El 16% que optó por esta práctica sufría de problemas circulatorios y/o respiratorios.
Las enfermedades neurodegenerativas, como la ELA, representaron el 11% de las muertes con asistencia médica.
El informe muestra que a muy pocas personas que solicitaron una muerte asistida médicamente se les negarían sus solicitudes. En las provincias atlánticas de Canadá, que incluyen Nueva Escocia, la Isla del Príncipe Eduardo, Terranova y Nuevo Brunswick, se rechazaron menos de siete solicitudes. Un total de 30 personas murieron antes de que se pudiera tomar una decisión sobre si otorgar asistencia para morir.
La publicación del informe llega poco antes de la 22° Marcha Nacional por la Vida que se celebrará en Ottawa el 9 de mayo. El aborto es legal en Canadá desde hace 50 años, cuando el entonces primer ministro Pierre Trudeau despenalizó el procedimiento en 1969. El hijo de Trudeau, Justin Trudeau, es el actual primer ministro.
El Gobierno de Justin Trudeau provocó una controversia en el verano de 2018 cuando promulgó una nueva política que obligaba a que las organizaciones providas no fueran elegibles para recibir fondos del programa Canadian Summer Jobs, incluso si la organización no realizaba ningún trabajo provida. Este requisito fue finalmente eliminado después de una protesta pública.
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