VATICANO, 25 Dic. 21 (ACI Prensa).- Antes de impartir su tradicional Bendición Urbi et Orbi este 25 de diciembre, el Papa Francisco pronunció su mensaje para la Navidad 2021en el que rezó para que Cristo nos enseñe a caminar “por los senderos de la paz”.
“Queridos hermanos y hermanas: Muchas son las dificultades de nuestro tiempo, pero más fuerte es la esperanza, porque ‘un niño nos ha nacido’. Él es la Palabra de Dios y se ha hecho un infante, solo capaz de llorar y necesitado de todo. Ha querido aprender a hablar, como cada niño, para que aprendiésemos a escuchar a Dios, nuestro Padre, a escucharnos entre nosotros y a dialogar como hermanos y hermanas. Oh Cristo, nacido por nosotros, enséñanos a caminar contigo por los senderos de la paz. ¡Feliz Navidad a todos!”, dijo el Papa a los numerosos fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
A pesar de las restricciones provocadas por el COVID-19, el Santo Padre salió al balcón central de la fachada de la Basílica de San Pedro para pronunciar su mensaje de Navidad, dirigir el rezo del Ángelus e impartir la Bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo).
Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la plaza San Pedro se reunieron alrededor de 20 mil personas. La gran mayoría de ellas llevaban con paraguas debido al clima lluvioso en Roma.
Además, los representantes de las fuerzas del orden italianos realizaron saludos de honor, mientras que las bandas de la Guardia Suiza y de los carabineros italianos tocaron los himnos del Vaticano y de la República Italiana.
En su importante mensaje de Navidad, el Papa Francisco recordó que “la Palabra de Dios, que ha creado el mundo y da sentido a la historia y al camino del hombre, se hizo carne y vino a habitar entre nosotros. Apareció como un susurro, como el murmullo de una brisa ligera, para colmar de asombro el corazón de todo hombre y mujer que se abre al misterio”.
“El Verbo se hizo carne para dialogar con nosotros. Dios no quiere tener un monólogo, sino un diálogo. Porque Dios mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es diálogo, eterna e infinita comunión de amor y de vida. Dios nos mostró el camino del encuentro y del diálogo al venir al mundo en la Persona del Verbo encarnado. Es más, Él mismo encarnó en sí mismo este camino, para que nosotros pudiéramos conocerlo y recorrerlo con confianza y esperanza”, señaló el Papa.
Luego, el Santo Padre reconoció que en este tiempo de pandemia nos damos cuenta todavía más “se pone a prueba nuestra capacidad de relaciones sociales, se refuerza la tendencia a cerrarse, a valerse por uno mismo, a renunciar a salir, a encontrarse, a colaborar”.
En esta línea, el Papa subrayó que “también en el ámbito internacional existe el riesgo de no querer dialogar, el riesgo de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo; pero son estos, en realidad, los únicos que conducen a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos”.
“En efecto, mientras el anuncio del nacimiento del Salvador, fuente de la verdadera paz, resuena a nuestro alrededor y en el mundo entero, vemos todavía muchos conflictos, crisis y contradicciones. Parece que no terminan nunca y casi pasan desapercibidos. Nos hemos habituado de tal manera que inmensas tragedias ya se pasan por alto; corremos el riesgo de no escuchar los gritos de dolor y desesperación de muchos de nuestros hermanos y hermanas”, advirtió.
Por ello, el Santo Padre exhortó a pensar y rezar por diferentes países y regiones del mundo en conflicto y mencionó a los países del continente americano, Siria, Irak, Yemen, Israel y Palestina, Líbano, Oriente Medio, Afganistán, Myanmar, Ucrania, Etiopía, la región de Sáhel, los países del Norte de África, Sudán y Sudán del Sur.
Asimismo, el Pontífice recordó a las mujeres víctimas de la violencia, a los niños y a los adolescentes víctimas de intimidación y de abusos, a los enfermos, a los prisioneros de guerra, a los emigrantes, desplazados y refugiados.
Por último, el Papa rezó para que el Verbo que se hizo carne nos haga “diligentes hacia nuestra casa común, que también sufre por la negligencia con la que frecuentemente la tratamos, y motiva a las autoridades políticas a llegar a acuerdos eficaces para que las próximas generaciones puedan vivir en un ambiente respetuoso para la vida”.
Tras pronunciar su mensaje de Navidad, el Santo Padre dirigió el rezo del Ángelus y después de la oración mariana el Cardenal Protodiácono, Raffaele Martino, anunció la Indulgencia Plenaria que el Papa concedió con la Bendición “Urbi et Orbi”.
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