BOGOTÁ, 10 Jul. 18 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Bogotá, Cardenal Rubén Salazar, dio inicio a las celebraciones del centenario de la coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia.
En la Misa que presidió el 9 de julio en el santuario en Chiquinquirá, departamento de Boyacá, el Cardenal recordó que “el hecho de que vengamos de varios lugares del país muestra el ansia de encontrarnos con Dios nuestro Padre por medio de su Hijo Jesucristo y por intercesión de la Virgen María”.
“Ella, que es la que escucha y cumple la voluntad del Padre que está en los cielos, nos va a enseñar lo que significa verdaderamente escuchar la Palabra de Dios y cumplirla, guardarla en nuestro corazón” para “transformar nuestra existencia”.
El Cardenal Salazar dijo que “al celebrar a Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de Colombia, tenemos que pensar en nuestra patria. Venerar a la Virgen como nuestra Madre y Reina significa que tenemos que reforzar los lazos que nos unen a los colombianos. Tenemos que dejar atrás toda violencia”.
“Tenemos que perdonar de corazón a todos aquellos que de alguna manera hayan sido nuestros victimarios. Y pedir perdón si hemos sido victimarios, para construir un país fraterno, justo, solidario y verdaderamente en paz”, agregó.
El Arzobispo también alertó en su homilía que “en el mundo en que vivimos fácilmente podemos olvidarnos de que el sentido último de nuestra vida es llegar al Padre”. “Hay tantas preocupaciones y tentaciones en el mundo en que vivimos que nos separan del destino de nuestra existencia, y nos ponen a buscar cosas inútiles que ahondan el vacío si no tenemos al Señor”, advirtió.
“Tenemos que buscar a Dios y sentirnos verdaderamente necesitados de Él. No hay absolutamente ninguna realidad en este mundo que pueda satisfacer el ansia de felicidad que llevamos en el corazón”, subrayó.
El Cardenal dijo también que es necesario vivir la fraternidad, la solidaridad y el servicio con los demás, ya que al ser “hermanos desaparece todo lo que puede dividirnos o enfrentarnos. Adquirimos esa igualdad fundamental de ser todos hijos del Padre e hijos de la Virgen María”.
“Porque somos hermanos no podemos ser indiferentes. Tenemos que servir a los demás y compartir con ellos lo que el Señor nos ha dado”, precisó.
Para concluir, el Purpurado colombiano hizo votos para que “la Virgen de Chiquinquirá interceda por nosotros y por todos y cada uno de los colombianos. Que este año de gracia que hoy iniciamos sea un año de renovación de Colombia, con nuestra respuesta generosa a la acción del Señor”.
El 9 de julio se celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El Papa Pío VII la proclamó patrona de Colombia en 1829 otorgándole su propia fiesta litúrgica. En 1919 fue coronada canónicamente luego que el Papa Pío X firmó el decreto.
El santuario fue declarado basílica en 1927 por el Papa Pío XI y es visitado cada año por miles de fieles.
En este recinto se encuentra el lienzo con la imagen mariana que es custodiada por los dominicos. En este se ve a la Virgen María en su advocación del Rosario, acompañada de San Antonio de Padua y San Andrés el Apóstol.
El lienzo pertenece al arte colonial colombiano más antiguo y es una manta de algodón de más de un metro, colocado en un marco con placas del escudo nacional, las diócesis del país y de los padres dominicos.
La palabra Chiquinquirá significa lugar de nieblas y pantanos. Esta ciudad se ubica en el departamento de Boyacá en la región andina, a más de dos mil metros sobre el nivel del mar.
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