SANTIAGO, 09 Jul. 18 (ACI Prensa).- El sábado 7 de julio, 500 jóvenes en Chile se graduaron de la Academia de Líderes Católicos (ALC) y se comprometieron con Dios a construir su vida y misión según los valores cristianos.
Foto: Arzobispado de Santiago de Chile
La ALC nace en 2006 como un proyecto de formación líderes católicos a partir de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia para transformar el ámbito social, político y económico.
Con el apoyo de obispos e instituciones académicas, la ALC trabaja en numerosas diócesis de Chile y recientemente, el 12 de julio, se lanzó el proyecto en Montevideo (Uruguay).
La ceremonia de graduación estuvo marcada por la Misa presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, en la iglesia de la Universidad San Sebastián.
También participaron el Obispo de San Felipe, Mons. Cristián Contreras; el Obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González; el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier; junto al Nuncio Apostólico en Chile, Mons. Ivo Scapolo.
Foto: Arzobispado de Santiago de Chile
En su homilía, el Cardenal Ezzati felicitó a los jóvenes por el camino realizado y destacó dos grandes temas del Evangelio del domingo. El primero se refiere a “la profecía de nuestra vocación de profetas” y el segundo al “poder de Dios, que se enfrenta con la debilidad humana cuando se trata de anunciar la palabra de salvación”.
“Exequiel experimenta por un lado la belleza de la vocación profética, pero también rodeado de las dificultades que supone ser una voz de Dios y que en algunas ocasiones contrasta con lo que la naturaleza humana y la inteligencia de hombres y mujeres pretende ser voz definitiva”, explicó el Arzobispo de Santiago.
Agregó que “la palabra de Dios y Dios mismo en la cultura de toda la gente, de todos los tiempos, se nos presenta como una palabra de vida, de salvación. Lo que Dios quiere es que encontremos su amor y que acojamos el camino de plenitud de vida que él nos propone”.
Foto: Arzobispado de Santiago de Chile
Sin embargo, “nosotros mismos experimentamos que no siempre somos dóciles a su palabra y que el profeta por excelencia, Jesucristo el Señor, muchas veces encuentra en nuestra propia vida el obstáculo de la soberbia, de nuestro orgullo, que nos hace pensar que la salvación y el futuro de nuestra existencia lo fabricamos nosotros”.
Por eso animó a los jóvenes a responder al llamado de ser profetas, pero “no del siglo antepasado, sino de este tiempo”, lo que requiere ser “un hombre y una mujer que con audacia, buscando ser coherente con lo que cree”.
Por su parte, el director de la Academia de Líderes Católicos, José Antonio Rosas, agradeció a las universidades e instituciones colaboradoras del proyecto y destacó el esfuerzo de los jóvenes graduados.
“El mundo en el que nos toca vivir es un mundo de cambios”, con desafíos, crisis y oportunidades, señaló.
En ese sentido, alentó a los jóvenes a ser “la generación puente, la generación que va a transitar de un mundo que nos toca vivir con muchas contradicciones y problemas, pero que va a llevar a nuestra sociedad, a nuestro mundo, al sueño que queremos como Iglesia”.
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