
“Recuerdo a nuestros hermanos y hermanas que ya no están con nosotros y expreso mis condolencias a sus familias. Estoy espiritualmente cerca de las personas heridas”, aseguró el Cardenal Nzapalainga, en unas declaraciones recogidas por la Agencia Fides.
Según reporta esta agencia el número de muertos se ha elevado de 16 a 24 y el de heridos de 99 a 170. En el ataque falleció el sacerdote Albert Toungoumale-Baba, de 55 años.
El Cardenal condenó “enérgicamente” el ataque e hizo un llamamiento “al Gobierno y a la MINUSCA (Misión de las Naciones Unidas en África Central) para esclarecer los hechos. Es decir, que se sepa la verdad y que haya justicia para la población centroafricana”.
“A la luz de estos hechos, me pregunto: ¿qué está pasando?, ¿ ha habido manipulación, instrumentalización?, ¿hay una intención de dividir el país?, ¿hay una agenda oculta? Busquemos juntos las respuestas a estas preguntas”, pidió el Arzobispo de Bangui.
A pesar de las graves dificultades que afronta el país, el Cardenal aseguró tener esperanza de que “en situaciones difíciles como ésta, surjan héroes, -porque no dudo de que existan héroes en la República Centroafricana-, que se unan para decir ‘no’ a la violencia, ‘no’ a la barbarie, ‘no’ a la autodestrucción”.
El Arzobispo hizo un llamamiento “a todos los grupos políticos, administrativos y religiosos, sin distinción” para condenar “juntos lo sucedido” y recordó a todos los creyentes “que en el momento de la prueba debemos confiar en Dios, quien nos ha dado la paz de Cristo”.
“Llamo a la serenidad, a que todos nos controlemos para evitar la ira, el odio, la venganza y las represalias”, exhortó, y pidió “a Cristo, Príncipe de la Paz, que toque los corazones de unos y otros para que se conviertan, depongan las armas y se miren a los ojos. Que María, Reina de la Paz, bendiga a nuestro país”.
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